Sin la presencia del Ejército habrían sido masacrados, dice Siempre Vivos de Chilapa

El coordinador del colectivo de familiares de desaparecidos Siempre Vivos, José Díaz Navarro manifestó su respaldo a la Ley de Seguridad Interior bajo el argumento de que la presencia del Ejército en Chilapa es necesaria, o de lo contrario habría anarquía.
No obstante dijo que a pesar de la presencia militar el año 2017 cerró, según cifras de su organización, con 260 homicidios en el municipio, además de que se han registrado dos nuevos casos de desaparición.
Anunció una nueva búsqueda de fosas clandestinas a finales de febrero y principios de marzo, como parte de las acciones del colectivo en este año para tratar de hallar a sus familiares desaparecidos.
Ayer en la mañana José Díaz coordinador del colectivo Siempre Vivos integrado por unos 100 familiares de personas desaparecidas en Chilapa, Zitlala y otros municipios de La Montaña, fue entrevistado para conocer los acuerdos de la organización en su primera reunión de este año, celebrada la tarde del sábado.
Dijo que se abordó la Ley 701 y la Ley de Seguridad Interior y que se acordó en asamblea rechazar la primera y avalar la segunda, además de que reveló que hay una pequeña diferencia en el grupo con las personas que están participando en las movilizaciones en Chilpancingo, a invitación del Centro Morelos.
“Tenemos ya una pequeña división dentro del colectivo porque algunos están siendo invitados o llevados a Chilpancingo a hacer algunas protestas, y realmente yo como responsable tengo una posición respecto a dos temas muy importantes a las víctimas”, expuso.
El primero, dijo, la situación que se vive en todo el estado y particularmente en Chilapa con la irrupción de civiles armados a la ciudad, que ahora conforman el grupo Paz y Justicia.
“Tenemos la certeza al 100 por ciento que no son policías comunitarios, sino delincuentes, y los compañeros están siendo llevados y uno de los temas es apoyar a la policía comunitaria”.
“Aquí como colectivo Siempre Vivos rechazamos contundentemente la presencia de la policía comunitaria en Chilapa y en otros lugares, porque tengo información confiable de instancias de seguridad de que son gente que está al servicio del crimen, incluso tenemos las denuncias de que ellos son los autores materiales de la desaparición de más de 30 personas en un solo evento, del 9 al 14 de mayo de 2015 en Chilapa”.
De la Ley de la Seguridad Interior dijo que planteó ante 50 asistentes que la presencia del Ejército es totalmente necesaria en este municipio, porque da tranquilidad y confianza, además de que como colectivos han solicitado su apoyo para hacer búsquedas de personas con vida y en fosas.
“Hemos compartido momentos en la búsqueda y hasta alimentos, no tenemos absolutamente ningún problema hablando del contexto de Chilapa y las víctimas de Chilapa”.
“Entendemos que hay activistas y rechazo de organismos internacionales a esta Ley de Seguridad Interior, pero en el contexto de Chilapa creo que los que están protestando ni siquiera han venido”.
Sin embargo, “aún con la presencia del Ejercito hubo 260 homicidios, sin la presencia del Ejército hubiéramos sido arrasados, masacrados”.
“Para nosotros la Ley de Seguridad Interior nos da cierta protección, por lo menos de no acabar de ser masacrados. Obviamente el miedo y la psicosis siguen presentes. Si el Ejército saliera de Chilapa esto crearía una total anarquía”, consideró.
Díaz Navarro informó que el colectivo se quedó con el registro de 120 personas desaparecidas, 160 homicidios en 2017 y los primeros quince días de este año con tres homicidios, y el caso de dos jovencitas desaparecidas de las cuales no dio detalles.
Otra de las acciones del colectivo, anunció, será una nueva búsqueda durante tres días de fosas clandestinas a finales de febrero y principios de mayo.
La organización ya realizó una búsqueda en mayo de 2016 y en octubre de 2017, esta última acción para tratar de localizar a seis integrantes de la familia García Feliciano, desaparecida en la carretera Tlalcozotitlán-Tlaltempanapa en el municipio de Zitlala, de la cual hasta ahora no hay información.

 

Repudian padres de los 43 de Ayotzinapa la Ley de Seguridad Interior a 39 meses de los ataques de Iguala

En la conmemoración de tres años tres meses de la desaparición forzada de sus hijos, padres y madres de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa advirtieron que, con la aprobación de la Ley de Seguridad Interior (LSI), los mexicanos están expuestos a más represión y a que se repitan casos como el de los normalistas.
En el café Zapata Vive, ubicado cerca del centro de la Ciudad de México, activistas, poetas, cantantes y representantes de organizaciones como La Sexta de Chiapas, con integrantes del movimiento que exige la presentación con vida de los estudiantes, participaron en un acto político-cívico-cultural, para exigir la presentación de los jóvenes y recordar que a 39 meses no hay verdad ni justicia por los hechos ocurridos en Iguala el 26 y 27 de septiembre de 2014.
Después de una misa, algunos padres del movimiento y activistas repudiaron la Ley de Seguridad Interior,  que ven en relación con la línea que muestra al Ejército como omiso los días 26 y 27 de septiembre, cuando los 43 normalistas fueron desaparecidos, presuntamente por policías municipales de Cocula, Iguala y Huitzuco, y agentes federales, con integrantes de la delincuencia organizada.
Clemente Rodríguez, padre de Christian Rodríguez Telumbre, uno de los 43 desaparecidos, opinó que “con la Ley de Seguridad Interior se están protegiendo de algún modo ellos mismos, (los ex presidentes Carlos) Salinas de Gortari y Felipe Calderón, este actual presidente (Enrique Peña Nieto), no podemos permitir esta ley para protegerlos cuando viene todo un golpeteo contra nosotros”.
Consideró que “no nos podemos manifestar, ir a las marchas, irnos a parar sólo a metros de distancia, porque nos están mandando a corporaciones policiacas. El país está lleno de militares, a cualquier punto que vayamos ya no vamos a tener derechos, se les va a permitir entrar a nuestras casas, pisotearnos”.
En el recinto, donde se organizan varios actos culturales, sobre todo de protesta, había gallardetes con el nombre y retratos de los 43. Organizaciones solidarias con el movimiento que mantiene movilizaciones desde hace tres años tres meses, bordaron servilletas con los nombres de los desaparecidos, que fueron colocadas en el local. También hubo música de protesta para acompañar las mesas.
En la mesa donde los padres hablaron de la LSI, Rodríguez consideró que la legislación “está a un hilo colgando, la podemos derrumbar, tenemos que salir a las calles a hacer conciencia, sabemos lo que el gobierno nos está haciendo, y hay mucha gente indiferente, pero también están las personas dignas, la gente que pelea por una vida de encontrar a 43 normalistas”.
Para el padre de familia, “si encontramos a los 43 vamos a encontrar a muchos; sabemos que los militares los tienen, sabemos que esta ley es para tenernos callados, sometidos, y que cada padre se vaya a su casa, pero no lo van a lograr, siempre hemos dicho tenemos mucho coraje, a lo mejor no sabíamos nada de movimientos, estábamos enajenados con la televisión, pero no nos van a derrotar con sus balas asesinas”.
Hilda Hernández, madre de César Manuel González, recordó que el 26 de septiembre ocurrió la desgracia de no saber más de su hijo. “No concibes en tu mente que tu hijo sigue desaparecido. No sabías lo que era la desaparición forzada, que estábamos cerrados de ojos. Llegar allí sin conocer a los compañeros padres a tres años tres meses, todo este tiempo con engaños y mentiras por parte del gobierno que trató de cerrar el caso con esa mentira histórica de (el ex procurador Jesús) Murrillo Karam”.
Repudió la LSI porque en este tiempo, una de las líneas propuestas por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) se dirige al Ejército, ellos han pedido que los militares que participaron esa noche en los hechos o que al menos tenían conocimiento de ellos, sean investigados, sin éxito, dijo.
Señaló que, luego de que los peritos argentinos desmintieron la supuesta verdad histórica, “fueron dolores tan inmensos, tan fuertes, era una guía de nuestro corazón, casi nos retorcíamos, con ese corazón tan duro, como padres, familiares sintieran, después de los peritos llegó el GIEI, organismos internacionales que desmintieron al gobierno mexicano; las líneas de investigación que no han seguido, les pidieron que se pongan a investigar, pero no lo hacen, es algo desesperante”, reclamó.
Dijo que a este tiempo de distancia “los papás, las mamás, siempre nos preguntamos cómo estará mi hijo, si habrá comido, no estará enfermo, y en estas temporadas si no tendrá frío, no se habrán enfermado, llueve, no se habrán mojado; van cuatro navidades que no sabemos de ellos”.
Lamentó que hasta hoy, la Procuraduría General de la República (PGR) sólo han logrado que se pierda tiempo para saber la verdad, “este camino sigue siendo muy difícil al darnos cuenta de que se vienen elecciones, las personas del gobierno que se deben dedicar a buscar a nuestros hijos deben hacerlo y castigar a los responsables y que ya no haya muertes de mujeres y despojos; que el país vaya por el buen camino”.
Bernabé Abraján, papá de Adán Abraján de la Cruz, lamentó que la desaparición forzada de personas exista y no sea tomada en cuenta, pese a ser muy importante, “hoy en día, cuando desaparecen a nuestros hijos, el gobierno decide que fue la delincuencia, nosotros sabemos que fue el gobierno porque los muchachos que estuvieron allí dijeron que fueron policías, que vieron que se los llevaron”.
Reiteró que, tanto los peritos argentinos como el GIEI determinaron en sus informes que la Policía Estatal, la Policía Municipal y el Ejército, tuvieron que participar y desaparecer a 43 estudiantes, asesinar a tres de sus compañeros y a otros tres civiles, y dejar dos normalistas heridos, uno que sigue en coma “el gobierno no quiere aceptar que fueron sus elementos quienes se llevaron a los muchachos no quiere aceptar que fue desaparición forzada”.
Participaron en la reunión también, las madres de dos de los 43, Concepción Tlatempa y Cristina Bautista, quienes alertaron que esta ley que favorece al Ejército sólo traerá más impunidad y represión, e invitaron a las actividades de hoy, cuando se cumplen 39 meses de la desaparición forzada de los estudiantes: primero una movilización a la Glorieta de Peralvillo y después una marcha al Hemiciclo a Juárez.

Rechazan organizaciones en Tlapa políticas del gobierno, aumentos y Ley de Seguridad Interior

Organizaciones de la Montaña emitieron una postura política y de protesta social contra las políticas calificadas de entreguistas del presidente Enrique Peña Nieto, de los senadores y diputados durante el año, y rechazaron la Ley de Seguridad Interior, y el alza de impuestos y la gasolina.
Las organizaciones, en un comunicado declaran que, haciendo uso de su derecho de asociación, de petición, de organización, llaman al pueblo a sumarse a la inconformidad por la política entreguista de los recursos naturales y la soberanía nacional.
Cuestionaron el régimen económico de riqueza excesiva para unos cuantos y pobreza extrema para más de 60 millones de mexicanos, así como contra el enriquecimiento ilícito y la corrupción desmedida desde el poder y el encarcelamiento de los que se oponen o denuncian esas prácticas.
Rechazan el encarecimiento de la vida, que se recrudecerá con el aumento del costo de la canasta básica, el gas, electricidad y gasolinas, ante la aplicación de más impuestos a servicios e hidrocarburos que fueron plasmados en la Ley de Egresos aprobada por el congreso el 12 de diciembre, por lo que se manifestaron por un enérgico “no al gasolinazo” en 2018.
Además, señalan que los pueblos originarios se oponen a la Ley de Seguridad Interior promulgada por Peña Nieto el 21 de diciembre, a la que consideran anticonstitucional y que violenta los derechos humanos de todos los mexicanos, además de legalizar el actuar del Ejército en labores de seguridad pública, supliendo a las autoridades civiles con militares.
Remarcan que no aceptarán la militarización del país, porque el Ejército es el que más crímenes de Estado y lesa humanidad ha cometido en el país, y recordaron lo ocurrido en 1968, en 1971, el Charco, Acteal, Tlatlaya, los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa y el asesinato de Antonio Vivar en 2015.
Enfatizan que no están de acuerdo con la Ley de Seguridad Interior, que no es otra cosa que el fascismo del gobierno mexicano, y piden unidad para hacer frente de manera organizada a “la política criminal de la oligarquía extranjera y nacional”.
Asimismo, exigen la libertad de los presos políticos, la presentación con vida de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y la derogación de las reformas estructurales, y advierten que continuarán la defensa del territorio y la construcción del poder popular desde abajo.
Firman el texto el Frente Popular de Tlapa, la Organización de Popular Independiente de Guerrero, la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero, colectivo El Grito, el Frente de Comunidades por la Defensa de los Derechos Colectivos, la CNCU, el Consejo de Comunidades Damnificadas de la Montaña, Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC), Coalición de Organizaciones Democráticas Urbanas y Campesinas (CODUC).

Califica de retrógrada la Ley de Seguridad Interior el ex guerrillero José Arturo Gallegos

El ex integrante de la guerrilla de Lucio Cabañas, ex preso político, universitario y ahora escritor, José Arturo Gallegos Nájera, calificó la Ley de Seguridad Interior como “retrógrada”, y dijo que viene a dar marcha atrás “a lo poquito que se había avanzado en cuestión de libertades”.
Vaticinó que, de aprobar los senadores esa Ley, se va a regresar a los tiempos negros del terrorismo de Estado, o de la “mal llamada” guerra sucia.
Gallegos Nájera, quien recientemente publicó su nuevo libro, Mi vida en prisión, charló la mañana de ayer con algunos de sus lectores, a quienes les autografió ejemplares en la cafetería La Covacha.
En entrevista, reprochó que sin el movimiento armado en el que participó no hubiera habido la reforma política que hoy permite la participación a los partidos de oposición, lamentablemente, dijo, “quienes están cosechando son oportunistas que llegan a los partidos para ver de qué se sirven y no para servir”, dijo en referencia a los diputados que, siendo de partidos de oposición votaron a favor de esa Ley.
Consideró que, actualmente ya no es posible la vía de la guerrilla, “porque el enemigo ya aprendió y tiene toda la tecnología del mundo”, pero añadió que no por eso se debe dejar de seguir luchando por la vía política y mediante la movilización social para frenar, leyes como la de Seguridad Interior.
El autor también de La guerrilla en Guerrero y A merced del enemigo, denunció que con la aprobación de la Ley de Seguridad Interior, los diputados, “militarizan la ciudadanía, no importando que esto vaya en contra de los derechos humanos”.
Gallegos Nájera, de 67 años, ex secretario general del Sindicato de Trabajadores Administrativos y de Intendencia de la Universidad Autónoma de Guerrero (STAISUAG) y ex coordinador regional de investigación de la desaparecida Comisión de la Verdad (Converdad), deseó que los senadores de la República no aprueben la Ley de Seguridad Interior, “porque el Ejército no tiene porqué andar patrullando las calles, para eso están las corporaciones policiacas”.
Agrego que legalizar la presencia del Ejército en las calles va en contra de los derechos humanos y de la ciudadanía, desde el momento en que se plantea que el Ejército puede allanar domicilios y detener a personas simplemente por sospechar que son delincuentes; insistió que con eso se están cercenando los derechos humanos, “porque ya no hay libre tránsito, ahora en cualquier esquina te podrán golpear, encarcelar o hasta matar allí, bajo el argumento del cumplimiento de esta ley”, alertó el universitario.
“Es una Ley que, desgraciadamente, los chayoteros del Congreso han aprobado en contra de quienes votaron por ellos”, contó.
Advirtió que ahora, con la legalización de que el Ejército realice tareas policiacas, se va a regresar a los tiempos negros aquellos de la mal llamada guerra sucia o “terrorismo de estado”.
Se quejó, “este tipo de militarización, más que ayudar, afecta y es mucho el cinismo del gobierno al declarar que es necesario militarizar al país por la incapacidad que tienen los gobiernos de todos los niveles, o por el amasiato que tienen autoridades y policías con la delincuencia organizada”.

Oportunistas se han aprovechado de los logros de la guerrilla, señala

De acuerdo con Arturo Gallegos, gracias al movimiento armado de los sesentas y setentas hoy hay más apertura política, pero que hay oportunistas que se han aprovechado de ella y que llegan a los cargos públicos para ver con qué se sirven y no para servir.
“Si alguien dice que no se logró nada (con la guerrilla), falta a la verdad, porque decir eso es no tomar en cuenta que si no hubiera habido guerrilla, no hubiera  habido reforma política, y al no haber reforma política la parte que llamábamos reformistas, que eran del PCM y otros partidos satélites del PRI, no hubieran tenido tantos diputados con la llegada de Cuauhtémoc Cárdenas, que fue cuando tuvieron su auge, si no hubiera habido reforma no hubieran tenido la oportunidad de participación”, reprochó.
Admitió que la reforma política promovida por Jesús Reyes Heroles, que se dio a partir de 1978 fue una trampa que le tendieron al ala de izquierda radical, “para poder encauzar a esta izquierda radical le tiraron un anzuelo con un buen pescado y estos se lo tragaron toditito, porque de inmediato se convirtieron en electoreros y dejaron de hacer trabajo de masas, se olvidaron de las causas populares y se fueron a las curules de las cámaras a hacer lo que saben hacer, levantar el dedo de acuerdo al chayotazo que les llegue, porque son cañones de dinero que les dan para que puedan aprobar una ley al presidente de la República”, dijo Gallegos Nájera.
Añadió que, si en Guerrero los chayotean con millones de pesos, “entonces imagínate allá, por eso todo mundo se anda peleando por llegar a ocupar una curul, pero yo no veo que haya una diferencia, hasta ahorita, entre quienes participaron en la guerrilla con raíces históricas que buscaban cambiar las estructuras políticas de México, con un luchador social de los llamados reformistas”.
Insistió en que “la guerrilla sí nos dejó beneficios, sí hubo avances; desgraciadamente, se ha ido perdiendo a través del tiempo”.
–¿Pero las condiciones económicas, sociales y de represión siguen igual, se apagó la posibilidad de un movimiento armado?, se le preguntó
–Es complicado ahora pensar en un movimiento armado, porque el enemigo ya aprendió y tiene toda la tecnología del mundo. Cuando luchó Lucio Cabañas ya se utilizaba una tecnología avanzada que era vía satelital para detectar el calor en la Sierra, con eso sabían dónde estábamos ubicados, y poder dispararle un obús a kilómetros de distancia. Eso no sucedió, pero los helicópteros dejaban caer bombas y de eso hay testimonios, la Comisión de la Verdad arrancó testimonios de personas que con lágrimas en los ojos decían lo que habían vivido.
“Yo considero que habría que seguir luchando por la vía política, la guerrilla ya es difícil que se logre, eso no significa renunciar, se debe seguir luchando para parar esto que es aberrante”, dijo en referencia a la Ley de Seguridad Interior.
“Debemos seguir luchando por la vía política y mediante la movilización social. No creo que conteniendo a la bases por medio de la militarización el Gobierno vaya a lograr nada”, vaticinó.
Dijo que la Ley de Seguridad Interior se promovió porque hay un estado fallido, “y hay la necesidad de militarizar a México para que impongan sus leyes que no sirven, eso es lo que nos están diciendo. Es el mensaje que tenemos, hay que militarizar al país para poder reprimir e imponer sus leyes”.

Sin respeto a los derechos humanos no puede haber seguridad, dice la ONU en foro sobre militarización

Sin el pleno respeto a los derechos humanos no puede haber seguridad, afirmó el representante adjunto de la oficina del Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en México, Jesús Peña Palacios, sobre la actuación de militares en funciones de seguridad pública, tras escuchar a víctimas y deudos de una violación, de casos desaparición forzada y de un asesinato cometidos por militares en Guerrero.
Ayer en el foro Seguridad o derechos humanos: una falsa dicotomía, organizaciones civiles y víctimas rechazaron la iniciativa de la Ley de Seguridad Interior que se encuentran en el Senado y la Cámara de Diputados, para legalizar y ampliar las facultades de las fuerzas armadas en las calles, propiciando un estado de excepción donde el Ejército no rinda cuentas de sus acciones, no obstante las denuncias de violaciones graves a los derechos humanos que pesan contra estas corporaciones.
El representante de la ONU señaló que si bien el tema debe de ser analizado en el Congreso de la Unión, no se deben inhibir espacios de diálogo y es pertinente (dado los antecedentes), que se discuta en Guerrero.
Inauguraron la actividad los padres de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa desaparecidos, denunciaron que soldados del 27 Batallón de Infantería y policías de los tres niveles de gobierno intervinieron en los ataques, asesinatos y desaparición forzada del 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala, y es su exigencia al gobierno federal que los devuelva con vida.
Compartieron su testimonio Tita Radilla, hija del líder campesino de Atoyac Rosendo Radilla Pacheco, quien fue detenido desaparecido en un retén militar en 1974, en la época llamada de la guerra sucia cuando el Ejército sitió gran parte de ese municipio.
También Valentina Rosendo Cantú, quien fue violada sexualmente por militares a los 17 años, ambos casos llegaron a sentencias contra el Estado mexicano en la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Además el sobreviviente de la masacre de El Charco ejecutada por soldados que asesinaron a 11 indígenas, Bernardino García Francisco, y el hermano de José Rubio Villegas, muerto en un ataque a balazos de militares a un autobús del servicio público, luego de cruzar un retén en el crucero de Huamuxtitlán.

Que las fuerzas armadas no participen en la investigación del delito, y el regreso gradual a sus tareas, propone la CNDH

En su intervención el coordinador de asesores de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Guillermo Silva, señaló el uso de las fuerzas armadas en labores de seguridad pública “no fue la decisión más apropiada”.
Señaló que los militares se apartaron de una debida conducta de servidor público y hace diez años, que se incluyeron en la política para contrarrestar al narcotráfico, las violaciones cometidas por sus efectivos se incrementaron. Señaló que antes de 2006, el promedio de las denuncias contra la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Marina en la CNDH era de dos cada año por cada institución, ahora es de 12 cada una.
Propuso, opuesto a la que plantean el PAN y el PRI en las cámaras, entre otros puntos, que se deseche la posibilidad de que las fuerzas armadas participen en la prevención e investigación del delito, y que estas funciones no sean incluidas en su esquema de atribuciones.
Además, establecer su regreso gradual y verificable “a las tareas que le sean propias”, y prevenir que se afecte en cualquier forma el ejercicio de la libre manifestación de la sociedad civil.

Defensores rechazan la exención y primacía para los militares que se plantea en la Ley de Seguridad Interior

Del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (IMDHD), Edgar Cortés Morales habló del marco jurídico que justifica la presencia de los militares en materia de seguridad pública para coadyuvar con las autoridades civiles, y denunció que en los hechos la intervención militar en los estados ha tenido primacía.
Recordó que en 2008 cuando el problema de la delincuencia organizada incrementó su complejidad se creó la Policía Federal con una base de militares, a partir de 2006, comenzó el uso intensivo de las fuerzas armadas en temas de seguridad y desde 2011 se planteó por primera vez la intención de dar un marco legal a los soldados en materia de seguridad pública, en la Ley de Seguridad Interior.
Añadió que la movilización de organismos civiles y gubernamentales de derechos humanos evitó que se incluyera este capítulo en la legislación, llamó a la sociedad a estar alerta para que la iniciativa no se apruebe a espaldas de la población a finales del actual periodo de sesiones que concluye en abril.
El abogado, Jesús Robles Malof señaló que en los estados democráticos las leyes se crean para establecer límites y controles en el ejercicio de la función pública, y el problema de la Ley de Seguridad Interior es que comienza por construir excepciones para militares, “en el mundo del revés, donde las excepciones se convierten en regla”.
Por ejemplo, señaló que una iniciativa plantea que en cuestiones de inteligencia militar las fuerzas armadas pueden hacer uso de cualquier método para lograr su objetivo, y cualquier autoridad debe colaborar en esta tarea. Dijo que hasta organismos autónomos como la CNDH estarían obligados a colaborar con los militares cuando señalen problemas de seguridad interior.
También los exenta de acatar las leyes creadas, como la Ley Federal de Procedimiento Administrativo, dirigida a los funcionarios públicos en caso de faltas, irregularidades o abusos.

Los legisladores responden a la exigencia de la Sedena, dice el Centro Prodh

El director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), Santiago Aguirre señaló que las iniciativas de ley son la respuesta de varios legisladores en el Senado y la Cámara de Diputados a la exigencia de las fuerzas armadas de legalizar sus acciones en el campo, a pesar de que la estrategia de seguridad con soldados no ha dado resultados.
Denunció que la violencia se incrementó y eso debe de ser tomado en cuenta en el análisis en el Congreso, pero en lugar de que los legisladores llamen a los mandos militares, los generales los citaron en las instalaciones militares para exponer “no sus peticiones sino sus exigencias”.
Señaló que, entre otras, la recomendación de los organismos internacionales para México es que se fortalezcan las capacidades de las corporaciones policiacas, particularmente en investigación en macrocriminalidad, y se retire de forma paulatina a las fuerzas armadas de las tareas de seguridad.
El director del Centro Morelos, Manuel Olivares Hernández denunció que el Ejército acabó de forma brutal con los movimientos subversivos de la década de 1970 y no regresó a los cuarteles, se quedó en las calles.
Después de la guerrilla, los militares llevaron semilla de amapola y mariguana a las regiones apartadas del estado, primero se pensó que le daban una oportunidad a las familias de atender demandas y necesidades, ahora, saben que fue el pretexto para justificar su intervención en las comunidades.
Opinó que el nivel sanguinario a que han llegado los pleitos por las plazas entre narcotraficantes no serían posibles si la maquinaria institucional no estuviera engrasada por la corrupción.
“Insistimos en que hay de alguna manera complicidad muy fuerte con la delincuencia organizada, si no, no entendemos como en enero del año pasado en Chilapa se anunció un fuerte operativo conjunto (militar y policiaco), y hoy se mantiene la alta criminalidad”, expuso.
Finalmente el director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña, Tlachinollan, Abel Barrera Hernández precisó que la Ley de Seguridad Interior no está dirigida a las elites económicas ni a las transnacionales, sino a los que se organizan, a los que demandan y exigen justicia y respeto a los derechos humanos.
Exigió que en el centro de la discusión de la legislación se coloque a las víctimas, sus historias cruentas y sus luchas, “queremos una ley para fortalecer el paradigma de los derechos humanos, no el paradigma de la militarización”.
Señaló que Guerrero es el lugar más inseguro y violento, Acapulco es el centro económico más importante y está desmantelado por la delincuencia, Chilpancingo es el centro político y de la criminalidad, Iguala después de los ataques del 26 de septiembre de 2014 evidenció la complicidad de autoridades y narcotraficantes, y siguen siendo un municipio violento.
Urgió a los diputados a legislar para las víctimas una Ley General de Tortura y la Ley General de Desaparición Forzada, en lugar de obedecer a los militares con la Ley de Seguridad Interior.

El Ejército viola los derechos humanos, testifican víctimas en Chilpancingo

 

Las víctimas y deudos de casos emblemáticos de violaciones a los derechos humanos por militares, evidenciaron que el Ejército viola todos los derechos humanos, la subordinación que ha existido de policías ante los soldados y la protección del Estado a las fuerzas armadas, en el foro Seguridad o derechos humanos: una falsa dicotomía.
En Atoyac hubo un sitio de excepción donde incluso policías de Tránsito hicieron detenciones de personas que entregaron a los militares, “la población indefensa sólo fue víctima”, denunció la hija del líder campesino desaparecido el 25 de agosto de 1974, Rosendo Radilla Pacheco, Tita Radilla Martínez ante la nueva propuesta de Ley de Seguridad Interior, para legalizar la actuación sin límites de las fuerzas castrenses en seguridad pública.
En el auditorio abarrotado de estudiantes en la maestría en Derecho de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), señaló que hubo más de 400 desaparecidos y los que sobrevivieron contaron que fueron sometidos a tortura, muchas mujeres violadas a principios de la década de 1970, y dijo que es muy grave la intención de los legisladores para otorgar amplias facultades a las fuerzas armadas.
Después de que los militares asesinaron al maestro Lucio Cabañas en 1974, líder de la guerrilla rural, las desapariciones continuaron hasta 1979, “y el Ejército (hoy) sigue ahí, en las calles, con el arma lista para disparar”.
Inauguraron el foro los padres de los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa desaparecidos hace dos años y medio, y la activista señaló que ellos no deben esperar tanto para encontrar justicia, que la sociedad debe actuar porque se esclarezcan estos hechos y para que los militares regresen a sus cuarteles.

Maltrato e inseguridad reciben del Ejercito: Valentina Rosendo

Después de que la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (Coidh) la reconoció como víctima de violencia sexual y emitió una sentencia contra el Estado mexicano, Valentina Rosendo Cantú, indígena me’phaa, relató ayer que la violación por soldados a los 17 años fue una pena muy grande y no quería contarla a nadie, “porque es una vergüenza para mí y para las mujeres de mi pueblo”.
Recordó que otras mujeres que también fueron violadas tenían miedo y le pidieron que callara, pero le preguntaron después de dónde sacó la fuerza para llegar tan lejos, “y yo sigo enfrente de la lucha”.
Para presentar la denuncia dijo que caminó 11 horas a una agencia del Ministerio Público, no hablaba español y las autoridades no le creyeron. Mediante organizaciones de derechos humanos llevó su caso a la Coidh, donde el Estado negó dos veces la agresión.
En su pueblo los militares intentaron sobornarla, y después de una audiencia en la Coidh hubo un intento de secuestro a su hija, por eso asegura que los soldados propician la violencia y la inseguridad.

Los que cometen delitos andan libres: sobreviviente de El Charco

El sobreviviente de la masacre de El Charco, municipio de Ayutla, Bernardino García Francisco también compartió su experiencia del ataque de militares a campesinos na savi el 7 de junio de 1988, que un día antes se reunieron en la localidad.
“No nos reunimos para pelear, el gobierno hace muchas cosas, por eso en ese momento estuvimos organizando de qué manera solicitar un apoyo, una obra o salud más que nada, por eso estuvimos allá en El Charco. Se hizo tarde, no alcancé a llegar a El Paraíso (su pueblo de origen y se quedó con otros a dormir en la escuela donde fueron agredidos).
“Cuando uno se dio cuenta ‘¡son los guachos!’, conforme van hablando de locos (los militares) muy mal, ahí fue como a las 2 de la mañana. Como son miedosos (los soldados no avanzaron) y ahí andamos sin miedo, a las 2:30 casi a las 3 metieron la granada, hubo una balacera y estuvimos boca abajo en la escuela”.
Señaló que al amanecer acordaron que los campesinos saldrían con las manos en alto y en ese momento les dispararon, quedaron unos ocho heridos, él entre ellos, con un herida en el pie. Al final 11 fueron ejecutados.
“Eso es lo malo que hace el gobierno, ¿qué hace con estudiantes, profesores indígenas?, agarra personas que no tienen delito, y los que tienen delito andan libres”.

Un calvario sin defensores

José, hermano de Bonfilio Rubio Villegas asesinado en un autobús del servicio público por soldados cuando el vehículo se alejaba de un retén militar, recordó que en la agencia del Ministerio Público en Tlapa lo trataron con desprecio antes de la intervención del Centro de Derechos Humanos de la Montaña, Tlachinollan.
Dijo que su familia supo dos días después de la agresión y se trasladó a Tlapa a pedir la entrega del cuerpo que estaba en Chilpancingo, “cuando escuché que le decían ‘jefe, jefe, ahí están allá afuera’, se trataba del personal de Tlachinollan”.
Recordó que estaban siendo interrogados cuando llegó Abel Barrera y saludó a su esposa, “qué haces aquí Verónica”, “es mi cuñado a quien mataron”, respondió.
“Dos horas antes para el juez no valíamos nada, cuando llegó Tlachinollan cambia toda la atención, ¡hasta donde llega la hipocresía del gobierno! El proceso es un calvario, más si hablas lengua indígena y no tienes quién te respalde, por eso dice Valentina hay pocas persona que levantan la voz y otros que se callan por temor a ser desaparecidos o ser torturados por el Ejército”.
Recordó que su hermano llevaba un celular y dinero, pero sólo les devolvieron unas moneditas, luego recibió una llamada a su casa -estimó que los soldados tomaron el número telefónico del celular de su hermano muerto-, y le ofrecieron 130 mil pesos para gastos funerarios, con la condición de que cerrara la boca y no denunciara.
“Váyanse a la… mi hermano no vale 130 ni 200 mil pesos, no es un animal, la dignidad de una mujer, de un hombre, no se vende”, relató ayer, exacerbado.
Agregó que en Guerrero hay suficientes pruebas de que el Ejército agrede, y que la estrategia de seguridad del presidente Enrique Peña Nieto “no sirve, que regrese a los militares a los cuarteles para que ya no maltraten a mi gente. Nos interesa de que está ley no pase, pero ellos le apuestan a sus intereses aunque el pueblo sufra”.

 

La Ley de Seguridad busca legalizar las torturas del Ejército, denuncia la Afadem en Atoyac

La Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Víctimas de Violaciones a los Derechos Humanos en México (Afadem) conmemoró el 103 aniversario del natalicio del líder atoyaquense Rosendo Radilla Pacheco, desaparecido por militares en 1974.
La ceremonia fue presidida por el secretario ejecutivo de esa organización, Julio Mata Montiel, en el Zócalo de Atoyac frente a la placa del perdón que el gobierno federal colocó en disculpa a los familiares de Radilla Pacheco. Ahí denunció que se quieren legalizar los asesinatos y torturas del Ejército.
Esa placa se colocó sin la presencia de los familiares de Rosendo Radilla y de otros desaparecidos de la guerra sucia, y no se invitó a la actividad a las organizaciones que demandan justicia.
En la colocación de la ofrenda floral los familiares y miembros de la organización explicaron que la vicepresidenta de la organización, Tita Radilla Martínez no pudo asistir porque estaba en un foro en la Ciudad de México.
Mata Montiel destacó que la defensora de derechos humanos fue para inconformarse por la propuesta de Ley de Seguridad Interior que pretende oficializar mecanismos de desaparición y tortura del Ejército, “son asesinos, han desaparecido personas, torturado y ahora se quiere legalizar que el Ejército torture y desaparezca a la gente como lo hizo con Rosendo Radilla hace 42 años, con dos días que se llevó al cuartel que había en Atoyac”.
El secretario ejecutivo de la Afadem dijo que este es un día importante para la organización, porque el caso Rosendo Radilla ayudó a modificar las leyes mexicanas después de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que sentenció al Estado mexicano.
A 103 tres años de su nacimiento dijo que los familiares y la organización exigen la presentación con vida de Rosendo Radilla y de más de 500 desparecidos de Atoyac en la época de terrorismo de Estado en la década del 70, cuando miles de militares sitiaron el municipio y desaparecieron a más de 300 ciudadanos.
La bisnieta del desaparecido, Cintia Martínez Nogueda destacó que en tres generaciones de su familia no han visto investigaciones serias en el caso.
Criticó que en las excavaciones que ordenó la Comisión Interamericana de los Derechos Humano (CIDH) para localizar los cuerpos, se van posponiendo porque las autoridades dicen que no hay dinero y que esperen.
Destacó que su abuela Tita Radilla ha persistido y luchado pese a muchas adversidades, lo que les da ánimo y fuerza a las nuevas generaciones para exigir justicia.

Se quedará el campamento militar en la entrada de Petaquillas, advirtió el jefe del Ejército

 

El comandante de la Novena Región Militar, general Germán Javier Jiménez Mendoza, dijo que el campamento en Chilpancingo se mantendrá, pese a las protestas de vecinos y policías rurales de Petaquillas que denunciaron que fueron intimidados por los soldados.
Consultado al finalizar la sesión del Grupo Aca afirmó que la Ley de Seguridad Interior sobre el papel del Ejército en tareas de seguridad, se debe aprobar en el Congreso porque “es para bien de todos”.
Del marino asesinado en la colonia Emiliano Zapata por hombres armados informó que se comunicó con la Secretaría de Marina “por esa pérdida tan importante. Y es gente que está trabajando para Acapulco y está perdiendo”.
Consideró que independientemente del ataque ocurrido el martes, hay coordinación entre las entidades encargadas de la seguridad.
De Ley de Seguridad Interior, Jiménez Mendoza expuso que se requiere que se emita para delimitar sus acciones “para bien de todos surja esta ley, para que nos marque las responsabilidades que tendrá cada una de las autoridades responsables de proporcionar la seguridad a toda la sociedad, no es una seguridad para las fuerzas armadas, es para todo el país”.
Mencionó que ahí se define cómo participará el Ejército, “en qué momento, en qué área, bajo qué esquemas y cuál sería la responsabilidad de cada ente que tiene que participar para dar ese ambiente de seguridad”.