Tres muertos y daños en casas y vehículos deja balacera de dos días en la sierra de Chichihualco

Peritos de la Fiscalía recogen el cuerpo calcinado de uno de los tres hombres muertos en dos días de balaceras en Iyotla, en la sierra de Chichihualco .Foto: Jesús Eduardo Guerrero

Zacarías Cervantes

Iyotla/Leonardo Bravo

Tres muertos, uno de ellos calcinado, casas y vehículos agujereados a tiros y las calles regadas de casquillos percutidos entre hilillos de sangre que los vecinos cubrieron con cal en algunos lugares, dejó un enfrentamiento de dos días en Iyotla, municipio de Leonardo Bravo (Chichihualco), entre dos grupos contrarios que se disputan la zona desde hace más de un año.
Entre el fuego cruzado quedó la mayoría de la población que nada tiene que ver en la disputa violenta. De acuerdo con los pobladores, la balacera comenzó a la 1 de la tarde del miércoles y terminó aproximadamente a las 6 de la tarde del jueves.
De inmediato, los vecinos pidieron el auxilio de los gobiernos federal y estatal, sin embargo, llegaron dos días después, ayer, elementos del Ejército mexicano, Guardia Nacional, Policía Estatal y Ministerial sólo para levantar los cuerpos. El convoy fue encabezado por el comisionado de la Guardia Nacional para Chilpancingo y Chilapa, Gilberto Crisóstomo Alvarado.

Balaceras desde el sábado en Tepozonalco

Asimismo, vecinos de Tepozonalco que se encuentra a unos 15 minutos de Iyotla, denunciaron que en este pueblo las balaceras comenzaron de manera esporádica el sábado y se intensificaron el lunes. Se quejaron de que las autoridades tampoco atendieron su llamado de auxilio.
Ayer una comisión de vecinos, encabezados por el comisario municipal, pidió a la Guardia Nacional y al Ejército que los acompañaran para ver cómo están sus familiares que se quedaron y sus pertenencias, pero se negaron.
En ambos pueblos, de casi mil 500 habitantes cada uno, más de la mitad de las familias salieron desplazadas hacia Chichihualco por los tiroteos.
Por su parte, el Centro Regional de Derechos Humanos José María Morelos y Pavón (Centro Morelos) y las familias desplazadas en noviembre del 2018 de las comunidades del corredor de Filo de Caballos a Xochipala, exigieron a los gobiernos federal y estatal en un comunicado que establezcan el estado de derecho en la zona para que puedan retornar a sus casas y comunidades.
En esta zona, desde finales del 2018, se han venido dando enfrentamientos entre la Policía Comunitaria de Tlacotepec, con la gente del Cártel del Sur, que lidera Isaac Navarrete Celis.
El medio día de ayer, en Iyotla, ubicada a unos 20 minutos de Chichihualco, aún permanecían las huellas de la lluvia de metralla que cayó sobre la localidad. En una esquina del centro del poblado yacía el cuerpo de Arturo, un vecino conocido que casi a diario llegaba allí “para echar el trago”. Las balas lo alcanzaron en su sitio favorito.
Unos metros adelante cayó Margarito, otro vecino cuyo cuerpo ya no se encontraba. Sus familiares se lo llevaron para velarlo en su casa. En el sitio donde cayó los vecinos regaron cal para cubrir la sangre coagulada.
En el traspatio de una casa, cerca del centro de la comunidad, humeaba el tronco de un hombre. Sus extremidades ya habían sido consumidas por el fuego. Un empleado del Servicio Médico Forense (Semefo) le echaba agua para enfriarlo y echarlo a la bolsa negra para su traslado. A un costado de lo que quedaba del cuerpo aún había pedazos de leños humeantes y rescoldos de la hoguera en la que fue incinerado.
La casa de la que se cree que fue sacado, estaba hecha coladera a tiros en la fachada y en la parte posterior del lado donde fue hallado el cadáver. A unos 10 metros de éste yacía también un burro muerto que fue alcanzado por las balas.
En el resto del pueblo todo era desolación, las casas tiroteadas estaban abandonadas con las puertas abiertas y guardias nacionales ingresaban a revisarlas. La calle principal, de principio a fin, estaba regada de cientos o miles de casquillos percutidos. En el centro del pueblo una Combi de la ruta Iyotla-Chichichualco tenía cientos de impactos en todos lados, otros vehículos a lo largo de la misma calle, permanecían igual.
En las esquinas, corrillos de vecinos, mayoritariamente hombres, hablaban en voz baja. Otros, cabizbajos, contemplaban las huellas de la violencia.
Don Gregorio, comentó: “Los primeros disparos los oí allá en el cerro”, dice señalando la cima de un monte ubicado por el lado norte.
“Sería como a la una de la tarde del miércoles, después no supe que pasó, corrí, me metí a mi casa a esconderme, de ahí seguí oyendo los fregadazos por todos lados, se oía rete cabrón, y ya, hoy amanecí con la noticia de que mataron a estos amigos”, narra con una voz apagada.
Dice que Arturo y Margarito, “no eran gente de pelea”, que a Arturo, cuyo cuerpo todavía estaba tirado en una esquina del pueblo, cubierto con una cobija “sólo le gustaba echar trago” y que casi todos los días iba a sentarse ahí para tomarse su mezcal, “o lo que fuera. Era su lugar favorito”, cuenta Gregorio.
“Al otro amigo (Margarito), lo agarraron caminando en la calle, tampoco era de armas, nada tenía que ver con estos cabrones”, asegura en referencia a los grupos que se enfrentaron. Dice que al que quemaron no lo conoce, “no sabemos quién, no se puede saber, quedó carbonizado”.
Otro vecino asegura que desde las primeras horas de la balacera solicitaron el apoyo de la Guardia Nacional y el Ejército, pero no llegaron, “hasta hace rato llegaron (entre 12 y 12 y media de este viernes) ya para qué, nomás a levantar los cuerpos vinieron”.
La comunidad es de unos mil 500 habitantes (200 familias) y la mayoría salieron desplazados hacia Chichihualco tras el tiroteo, ante la falta del respaldo de las autoridades federales y estatales.
En Iyotla había una comisión de vecinos de Tepozonalco. Uno de ellos cuenta que en ese pueblo las balaceras comenzaron el sábado y siguieron el lunes. Él se salió con su familia pero en el pueblo dejó a sus padres “ya están viejitos y no pueden caminar recio en el monte, nosotros nos salimos por el cerro y nos fuimos a Chichihualco”.
Agrega que ahora está preocupado por sus padres que no sabe cómo están y su casa en la que dejó todas sus pertenencias.
Dice que en Tepozonalco viven unas mil 500 personas y que más de la mitad se salieron entre el sábado y el domingo. “Algunos nos quedamos en Chchihualco y otros los perdimos de vista, quién sabe a dónde se fueron.
Entre la comisión de Tepozonalco estaba el comisario municipal quien pidió a la Guardia Nacional y a los mandos del Ejército que los acompañaran a revisar la situación en ese pueblo, pero la respuesta fue negativa, sin ningún argumento.
De regreso, en la entrada de Chichihualco fue encontrado otro grupo de vecinos de Tepozonalco. Uno de ellos cuenta que salieron el lunes caminando por el cerro y que se hicieron un día para llegar a la cabecera municipal. Dice que ahora su preocupación son sus familiares que se quedaron “no sabemos nada de ellos, y en nuestras casas dejamos todo”, cuenta.
Dice que esperaban que ayer que subió la Guardia Nacional y el Ejército a Iyotla, también llegaran a Tepozonalco y con la protección de ellos pudieran regresar las familias, “aunque sea nomás para ver cómo están nuestros familiares y regresarnos, porque esto va a seguir igual, ya tenemos más de dos meses pidiendo seguridad y no nos hacen caso”, se queja.

Exigen a los gobiernos que se restablezca la paz para que los desplazados puedan volver

En tanto, el Centro Morelos y el grupo de desplazados en noviembre del 2018 de las comunidades del corredor Filio de Caballos-Xochipala, en un comunicado exigieron a los gobiernos federal y estatal que establezcan el estado de derecho en la zona para que haya paz y puedan regresar a sus comunidades.
“Desde el viernes 22 hasta ayer 28 de mayo, a pesar del coronavirus reiniciaron los enfrentamientos entre grupos armados, dejando a la población civil en medio del fuego cruzado, en esta ocasión fueron las comunidades de Iyotla y Tepozonalco las que sufrieron la incursión de un grupo armado”, indica el escrito.
Denuncian que decenas de hombres, mujeres, niñas y niños salieron de sus comunidades a Chichihualco.
“Con indignación vemos cómo a pesar de la pandemia que ha provocado otra crisis humanitaria que suma a la que ya viven las familias desplazadas y las que viven en medio del fuego cruzado de los grupos delincuenciales que siguen en su guerra para consolidarse y ampliar su dominio en territorios cada vez más amplios sin que el coronavirus ni el gobierno los detenga”.
Agregan que las familias “resignadamente depositan su confianza en la Marina y el Ejército a pesar de que en varias ocasiones han denunciado que los militares han acompañado a los civiles armados para desplazarlos de sus comunidades”.
En su documento insisten en sus demandas que han venido planteando:
El repliegue de los grupos armados que han provocado con sus enfrentamientos el desplazamiento de cientos de personas de diversas comunidades del municipio de Leonardo Bravo, Eduardo Neri y Eliodoro Castillo, la instalación de la Guardia Nacional o la Marina en las comunidades que tienen familias desplazadas.
Asimismo, que los grupos de la Guardia Nacional o la Marina “actúen con firmeza en el repliegue del grupo armado hacia su lugar de origen, desarmando y deteniendo a quienes se opongan, actuando siempre con respeto a los derechos humanos de la población civil que permanece en la comunidades al tomar el control de la seguridad”.
Además que los elementos de la Guardia Nacional o la Marina revisen las propiedades que fueron abandonadas, algunas de ellas ocupadas por gente del grupo que los desplazó. Además que en cuanto se dé el repliegue de los grupos armados, la Guardia Nacional o la Marina instalen un perímetro de seguridad entre los municipios de Leonardo Bravo, Eliodoro Castillo y Eduardo Neri, para evitar una nueva incursión o un ataque del grupo armado.
También, que el gobierno federal a través de la Guardia Nacional o la Marina tome en sus manos la seguridad pública en la zona, principalmente en el corredor de Casa Verde a Polixtepec y de Polixtepec a Corralitos, “esto para evitar pretextos para que cualquier grupo armado o delincuencial infrinja las leyes”.
Asimismo, que la Guardia Nacional o la Marina en compañía de las autoridades ministeriales verifiquen, “acompañados por los verdaderos dueños o posesionarios de las casas, para constatar los daños y verificar las pérdidas realizando un avalúo de las pérdidas y los tres órdenes de gobierno resarzan el daño”.
Asimismo exigen detener la tala inmoderada de árboles y el saqueo de huertas deteniendo y consignando ante las autoridades a quienes sean sorprendidos haciéndolo.
Y, finalmente, que la Guardia Nacional o la Marina eviten “corromperse siendo contaminados por los grupos delincuenciales, por lo que solicitamos que se integre una comisión civil de vigilancia, integrada por instituciones oficiales y organismos civiles de derechos humanos, así como miembros de la Iglesia”.

 

Detienen en la sierra de Chichihualco a El Carrete, líder del grupo Los Rojos

Capturan en la sierra de Chichihualco al
líder de Los Rojos El Carrete y a su operador

Imagen de Santiago Mazari, El Carrete, anoche, tras su detención en la sierra de Chichihualco, difundida por la SSPC

La detención fue resultado de una operación conjunta de la Policía Federal y el Ejército, subraya la Secretaría de Seguridad federal. Se le acusa de delincuencia organizada, delitos contra la salud y secuestro. En la acción “a favor de la tranquilidad y paz social en Guerrero” participó la policía estatal, destacó el gobernador anoche mismo. Se sabe de un muerto sin confirmar ni identificar, dijo Astudillo en la mañana en aparente alusión a El Teniente, otro líder criminal

 

Zacarías Cervantes y Anarsis Pacheco Pólito

Chilpancingo

El líder de la agrupación de la delincuencia organizada Los Rojos, Santiago Mazari Hernández, El Carrete, fue detenido la tarde de ayer en un operativo conjunto de la División de Inteligencia de la Policía Federal y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en la sierra de Chichihualco, municipio de Leonardo Bravo, informó la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) del gobierno federal.
El gobernador Héctor Astudillo Flores expresó anoche mismo su reconocimiento en un mensaje de twitter a las instituciones de seguridad federal, pero destacó que la detención se logró “en coordinación con la Secretaría de Seguridad Pública de Guerrero” y subrayó que la acción es “a favor de la tranquilidad y paz social en Guerrero”.
El líder de Los Rojos, organización delictiva que opera en Morelos y Guerrero según reportes de las instituciones de seguridad, fue detenido la tarde de ayer en la sierra del municipio de Leonardo Bravo, escenario de enfrentamientos desde el domingo pasado.
También en su cuenta de twitter el gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, hizo un reconocimiento al “trabajo coordinado” de la Policía Federal y la Sedena y calificó la detención como “un certero y duro golpe contra la delincuencia organizada que tanto ha dañado a nuestra sociedad”.
En un mensaje de twitter difundido a las 8:22 de la noche, la Secretaría de Seguridad federal informó que la detención de “uno de los principales generadores de violencia” en Guerrero fue resultado de una acción conjunta de policías federales y soldados de la Sedena, en cumplimiento de una orden de aprehensión por los delitos de delincuencia organizada, delitos contra la salud y secuestro.
En imágenes difundidas por la misma dependencia federal, tomadas anoche, aparece El Carrete flanqueado por dos policías federales, en un lugar no identificado, en apariencia sin heridas y no se informa a dónde fue trasladado.
La SSPC informó que junto a Santiago Mazari fue detenido otro hombre identificado como Marco “N”, del que se presume, dice el breve comunicado, “podría ser su principal operador”. En noticieros de televisión éste fue identificado como Marco Gerardo Paz Hernández, La Kika.
Por la tarde el vocero del Frente Unido de Policías Comunitarias del Estado de Guerrero (FUPCEG), había informado que después de los enfrentamientos que tuvieron a partir del domingo en los poblados de Corral de Piedra y Polixtepec, “el líder criminal” El Carrete, huyó herido y “disminuido”, pero que la Policía Comunitaria suspendió su persecución ante la presencia de soldados del Ejército y de la Guardia Nacional que se comprometieron a continuar su búsqueda para detenerlo.

Ayer la sierra ya estaba en paz, dijo el gobernador por la mañana

Por la mañana, el gobernador Héctor Astudillo Flores dijo que la sierra de Guerrero está en “paz”, y lo que hubo en días pasados fue un choque entre dos grupos que dejó un muerto que no se ha podido identificar.
“Las informaciones que ustedes tienen son informaciones que nosotros tenemos, no puedo confirmar nombres derivado de que yo mismo debo ser prudente y cuidadoso, pero por supuesto la información que tenemos del choque, hay una muerte, una fotografía, en este momento todavía no se puede tener la certeza de las identidades”, afirmó el gobernador.
Este jueves El Sur informó que hay versiones que aseguran que en los enfrentamientos cayó abatido el líder criminal Juan Castillo Gómez, El Teniente, y que resultó herido Santiago Mazari Hernández, El Carrete.
El gobernador asistió ayer a las 10 de la mañana al festejo del Día del Comerciante que se organizó en el mercado Baltazar R. Leyva Mancilla, en donde entregó un camión recolector de basura y prometió apoyar un proyecto que propongan para el próximo año.
Tras advertir que sólo respondería tres preguntas, el gobernador dijo a reporteros que en la sierra de Chichihualco no hubo una agresión en contra de “ciudadanos comunes”, sino que se trató de un choque entre grupos, pero “hoy” jueves está en paz.
El lunes vecinos de Corral de Piedra, municipio de Leonardo Bravo (Chichihualco), confirmaron mediante videos y audios que desde la tarde del domingo se enfrentaban a balazos dos grupos de civiles armados que se disputan el control del territorio.
Astudillo Flores dijo que tenía el reporte de que desde ayer todo está en “normalidad”, y que un helicóptero de la Secretaría de Seguridad Pública hizo sobrevuelos en las comunidades afectadas y policías del estado desplegaron un operativo con el apoyo del Ejército que llegó por el lado de Atoyac y de Filo de Caballos.
Además insistió que no hay bajas por parte de “ciudadanos comunes”, pero hasta el momento hay presencia también de la Guardia Nacional y Ejército.
“Hay informaciones que orientan que parte de este conflicto se da por personas que no precisamente están en Guerrero así es como yo les podría decir, subrayar que en este momento está todo controlado”, comentó en alusión a la presencia de El Carrete en la zona y unas ocho horas antes de que el gobierno federal informara de la detención de éste.
En la entrevista colectiva se le preguntó quién es la “gente ajena” al estado, a la misma que se refirió la Secretaría de Seguridad Pública estatal en un comunicado, pero se negó a contestar y pidió cambiar de tema.
También se le preguntó sobre el video en el que pobladores que se dijeron víctimas de los enfrentamientos de los dos grupos enviado a El Sur la noche del martes exigieron seguridad de los gobiernos federal y estatal.
En las imágenes se ve a decenas de personas reunidas en una cancha techada en donde hay mayoritariamente niños y mujeres.
“Fue parte de por qué se acudió, afortunadamente se pudo acudir y en este momento hay una importante presencia de la Defensa Nacional, de la Guardia Nacional y de la Policía del Estado, las cosas están en este momento en paz en la sierra y espero que así sea”, agregó.

La violencia comenzó el martes y no hubo daños, dijo Portillo Menchaca

Cuatro horas después de las declaraciones del gobernador, el secretario de Seguridad Pública en Guerrero, David Portillo Menchaca, ofreció una conferencia de prensa en su oficina de Palacio de Gobierno en compañía del fiscal general del estado, Jorge Zuriel de los Santos Barrila, sobre la situación en la sierra de Chichihualco.
A pregunta expresa, Portillo reconoció que las autoridades tenían conocimiento de que murió “una persona”, pero que ninguna instancia oficial lo había confirmado.
En la confereancia dada luego de las 2 de la tarde, el secretario dio lectura rápida a un comunicado y dijo que “a partir del martes” se registraron hechos de violencia en la sierra de Guerrero, por lo que se inició un operativo con la Sedena y la Guardia Nacional en las comunidades de Corral de Piedra, Villa Xóchitl y Tecomazúchil donde “se está garantizando la paz y la seguridad”.
Y mencionó que desde el miércoles, a las 11 de la mañana, no se han escuchado detonaciones, ni agresiones entre los civiles armados que se enfrentaban y tampoco hay daños a casas habitación “ni personas privadas de la vida o lesionados por arma de fuego”.
Subrayó que “el gobierno del estado ha garantizado la circulación de todas las poblaciones, los caminos se encuentran libres, la Comisión Federal de Electricidad se encuentra laborando para establecer el servicio en la comunidad de Corral De Piedra. Y en este momento nos encontramos muy atentos a toda la situación que se vive en la parte alta en la Sierra del estado”.
Se le insistió sobre el número de muertos, y respondió:
–Lo acabo de mencionar tenemos cero víctimas.
–Pero el gobernador dijo que hubo un muerto.
–Nada más voy a contestar esta pregunta y me tengo que retirar. Lo que tenemos conocimiento es que hay una persona que murió. Hay algunas fotografías que han circulado en redes, pero no lo tenemos confirmado oficialmente. No ha habido una instancia o ninguna autoridad que pueda confirmar el hecho.
–¿No se sabe quién es?
–No.

Nueve detenidos en operaciones en Chilpancingo

Portillo Menchaca informó que el lunes en dos dispositivos en Chilpancingo fueron detenidos nueve hombres con armas de fuego de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas, probable droga y dos vehículos, cuatro de ellos señalados como probables responsables del asesinato de un checador de Combi.
Sin embargo no habló del cateo a una lavandería del centro de la capital donde policías detuvieron al menos a tres hombres y les aseguraron maletines y mochilas que presuntamente tenían armas, operación que generó miedo y zozobra de los comerciantes que cerraron sus negocios.

 

Presiona grupo armado a vecinos de comunidades de la sierra de Chichihualco para que las abandonen

 

Niños hacen fila para recibir los alimentos, cocinados por mujeres, en el refugio instalado en el auditorio municipal de Chichihualco, donde llevan más de 20 días viviendo familias desplazadas por la violencia de la sierra -Foto: Jessica Torres Barrera

Civiles armados que operan en la sierra siguen presionando a pobladores para que abandonen sus comunidades del municipio de Leonardo Bravo (Chichihualco), denunciaron desplazados recientemente y el director del Centro Regional de Derechos Humanos José María Morelos y Pavón, (Centro Morelos), Manuel Olivares Hernández.
Desde la semana pasada habitantes de los pueblos de Los Morros, Carrizal, Campo de Aviación, Tres Cruces, Izotepec y La Escalera, Polixtepec y Corral de Piedra recibieron amenazas de que entrarían los comunitarios que se encuentran en Filo de Caballos, mientras y, simultáneamente, les hicieron llegar videos y fotografías de ejecuciones que están cometiendo en la zona para crear un ambiente de miedo y salgan las familias que aún quedan en esas localidades.
El director del Centro Morelos, Olivares Hernández, declaró ayer que el grupo de familias de Los Morros que llegaron el viernes al auditorio municipal de Chichihualco, sí son desplazadas por la violencia y rechazó las declaraciones del obispo Salvador Rangel Mendoza, de que bajaron a cobrar su apoyo de Prospera.
Ayer, las familias que bajaron el viernes de Los Morros, después de caminar casi 10 horas, algunas mujeres con sus niños en brazos, permanecían en el auditorio municipal de Chichihualco. Con ellos a partir del viernes el número de desplazados aumentó a más de 500, y no son 70 como aseguró el secretario de Gobierno Florencio Salazar Adame durante su comparecencia ante el Congreso local como parte de la glosa del tercer informe del gobernador Héctor Astudillo Flores.

Aumenta el número de familias que salen de sus pueblos: Centro Morelos

Olivares Hernández declaró que, por el contrario, cada vez hay más familias que están saliendo de sus pueblos por amenazas de civiles armados, al parecer vinculados con la Policía Comunitaria de Heliodoro Castillo que desde el 11 de noviembre tomaron Filo de Caballos.
El viernes, en un boletín de prensa el Frente Unido de Policías Comunitarias del Estado de Guerrero, informó que de las 18 comunidades que conforman el municipio de Leonardo Bravo ha tomado el control de nueve de ellas y ofreció el retorno de las familias que han sido desplazadas por la violencia generada entre dos grupos del crimen organizado que se disputan la zona.
Sin embargo la coordinación de ese Frente se deslindó de “la guerra que mantienen” Juan Castillo Gómez, El Teniente, y Juan Guevara Rodríguez, El Jaleaco “ya que sus acciones obedecen a un problema de antaño que mantienen por rencillas personales entre estos dos personajes y gente que los sigue”, en aparente referencia a las ejecuciones que se están haciendo llegar mediante videos y fotografías a los pueblos de los que están saliendo más desplazados.
Ayer, desplazados que llegaron el viernes al auditorio municipal de Chichihualco contaron que entre el jueves y viernes hombres armados vestidos tipo militar, hicieron circular en redes sociales videos y fotografías de ejecuciones en dos sitios distintos que cometieron en la sierra e hicieron amenazas de que van a entrar en las comunidades.
Algunos de ellos insistieron en que los pistoleros están vinculados con la Policía Comunitaria que sigue en Filo de Caballos.
“Están utilizando una estrategia de terror para que las familias sigan abandonando los pueblos”, dijo ayer Olivares Hernández.
Los desplazados contaron que el miércoles fueron levantados un niño de 16 años de Carrizal y un adulto de 37 de Los Morros, y el viernes se difundió entre la gente de las comunidades un video de la ejecución de ambos.
El sábado, el vocero en materia de seguridad del gobierno del estado, Roberto Álvarez Heredia, informó en un boletín que las víctimas son Gabriel “N” de 37 años, y Moisés de 18, ambos originarios de Chichihualco.
Pero sus familiares, aseguraron ayer el menor tenía 16 años y que era de Carrizal y la otra víctima era de Los Morros.
Contaron que desde el miércoles que desaparecieron estuvieron solicitando la intervención de la policía para que fuera a rescatarlos y que hasta informaron del lugar en donde podrían ser encontrados, pero denunciaron que la policía fue a levantarlos ya cuando había circulado el video de su ejecución.
“Ojala algún día se acabe este infierno, que Dios los perdone, y que a esta gente desplazada Dios las bendiga”, dijo uno de los desplazados al escuchar la historia.
El viernes también circularon fotografías de otra ejecución múltiple que habría ocurrido entre Izotepec y Filo de Caballos con un texto que informa de un enfrentamiento entre policías comunitarios de Heliodoro Castillo y pistoleros que fueron abatidos en esa zona. Según los testimonios allí habrían sido asesinados 13 personas, uno de ellos identificado con el alias de El Chaca y cinco de sus pistoleros.
El director del Centro Morelos, Olivares Hernández, dijo que por estas imágenes que se están enviando a los pueblos y las amenazas de que entrarán los comunitarios, las familias siguen abandonando sus comunidades, e insistió que las familias que llegaron el viernes a Chichihualco, sí son desplazados que llegaron de Los Morros.
“Se vinieron familias enteras, con sus niños, si vinieran a cobrar Prospera como dice el obispo, ¿para qué se traen a sus hijos?, son muchos niños”, insistió el director del organismo que ha sido designado por los desplazados como su representante.
“Yo no sé si el obispo tenga alguna otra información, pero para nosotros son desplazados, están en el auditorio y nos comentaron las circunstancias por las cuales se tuvieron que salir”, declaró.

Reunión con funcionarios del nuevo gobierno federal

Informó que el 27 de noviembre se reunieron con funcionarios de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación del nuevo gobierno federal, a quienes le plantearon que una comisión interinstitucional a nivel federal venga a platicar con las familias de desplazadas, “que conozca la situación y firmen una minuta de acuerdos para asegurar su retorno a corto o mediano plazo a sus pueblos”, o, en todo caso, que vayan pensando en su reubicación, si es que el gobierno federal considera que es difícil pacificar la región.
Olivares agregó que esperan que en esta semana tengan una respuesta de los funcionarios con los que se reunieron.
Informó que la petición se hizo de manera verbal y después por escrito que enviaron vía correo electrónico.
Informó que la gente con la que platicaron reconoció que el desarme y el retiro de los policías comunitarios que tienen tomado Filo de Caballos, “no se puede resolver con un tronar de dedos”, que tiene que seguirse un proceso y que primero tienen que conocer bien cuál es la realidad y tener toda la información, porque la administración que salió no les compartió este tipo de casos.
Olivares agregó que con la información que vengan a recabar de manera directa van a poder implementar una estrategia de solución de este asunto.

Confirman nuevos enfrentamientos

Mientras tanto, representantes de los desplazados en el auditorio municipal de Chichihualco confirmaron mediante un boletín que hubo enfrentamientos “entre los grupos delincuenciales que pelean el control del territorio”, el martes 27 de noviembre, uno entre las localidades de Carrizal y Filo de Caballos, dejando como resultado, de acuerdo a lo publicado en las redes sociales 3 muertos y el otro enfrentamiento ocurrido el mismo día entre las comunidades de Los Morros y Campo de Aviación, sin aparente pérdida de vidas.
El boletín, firmado por Maricela Cástulo Guzmán, Mario Palacios Salgado, Alma González Solano y Crescencio Pacheco González, denuncia que esos nuevos enfrentamientos “nos muestra como la inacción o complicidad de las autoridades federales lleva como finalidad que el nuevo gobierno federal asuma el poder con un país hundido en una crisis humanitaria y en la ingobernabilidad”.
Asimismo, criticaron que “los intentos por deslindar a la pseudo policía comunitaria de estos enfrentamientos llevan como finalidad justificar su presencia ante la inseguridad que se vive en la zona, cuando todos sabemos que son estos sicarios comunitarios los que han tomado a sangre y fuego varias comunidades del municipio de Leonardo Bravo, apoyados por otros grupos de supuestos comunitarios de municipios como Apaxtla de Castrejón y Teloloapan”.
Insistieron que esto está obligando a decenas de familias a desplazarse y que a otras las retienen junto con los comisarios municipales de las comunidades “para usarlos en determinado momento como escudos humanos y para que digan que están de acuerdo con la presencia de los pseudo policías comunitarios”.
Denunciaron que “a pesar de la gravedad de la situación, la soberbia del gobernador se impone a mínimo raciocinio humano” y añadieron que la situación “debiera llevarlo a dar la cara y enfrentar la situación presentándose al auditorio municipal de Chichihualco a dialogar con las familias, víctimas de desplazamiento forzado y plantearles algunas propuestas de solución, pero por el contrario, como es su costumbre, delega esa responsabilidad en el secretario de Gobierno Florencio Salazar Adame, en el subsecretario de Desarrollo Político Martín Maldonado del Moral y en la delegada de Gobierno en la zona Centro Norma Yolanda Armenta Domínguez, quienes no tienen la capacidad para resolver este tipo de problemas”.
En su boletín, los representantes de los desplazados, demandaron al gobernador Héctor Astudillo Flores, que acuda a dialogar con las familias desplazadas y sus representantes y les ofrezca una estrategia de solución; que “los presuntos comunitarios” sean desarmados o replegados a sus municipios.
Asimismo, acordar con cada comunidad el número de elementos policiacos y militares que brindarán la seguridad en cada una de las comunidades; que se garanticen los derechos a la alimentación, a la salud, a la educación y al empleo a las familias desplazadas; que se evalúen las pérdidas que cada familia haya tenido en sus propiedades y posesiones para su reposición por parte del gobierno federal y estatal.
Además, que las autoridades federales garanticen la seguridad pública en la región, así como la investigación y sanción de los responsables de la violencia, estableciendo garantías de no repetición.
Además del cumplimiento irrestricto de la Ley 487 para la Atención y Prevención del Desplazamiento Interno y de la Ley General de Víctimas, y los estándares internacionales en la materia.

 

Confía el obispo Rangel en que AMLO cumpla con el desarrollo de la sierra y el caso Ayotzinapa

 

En el foro Mujeres en Diálogo por la Paz, el periodista Sergio Ocampo, el obispo Salvador Rangel y el embajador de la paz de la Organización de las Américas para la Educación y Ética, José Luis Hernández Rivera. Foto: Jesús Eduardo Guerrero

El obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, manifestó su confianza para que en este periodo de Navidad se pueda generar una “tregua” entre las organizaciones del crimen organizado en la zona de la sierra de Leonardo Bravo (Chichihualco) y afirmó que después de que habló con las autoridades de Chichihualco algunos de los desplazados ya empezaron a regresar a la comunidad de Los Morros.
Consultado además con relación a la toma de protesta del presidente Andrés Manuel López Obrador, monseñor Rangel confió en que cumpla poco a poco con sus promesas como el desarrollo de la sierra, la ayuda a los estudiantes de Ayotzinapa y voltear a ver a los pobres.
El clérigo fue abordado la tarde de ayer al término del foro Diálogos por La Paz  realizado por la organización de las Américas para la Excelencia Educativa en las instalaciones de la Unidad Académica de Enfermería de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG).
En su intervención durante el foro, monseñor informó que el viernes subió a la sierra de Tlacotepec, sin embargo en las declaraciones precisó que fue a la comunidad de Vinatas, ubicada entre Tlacotepec y Filo de Caballos como parte de sus actividades pastorales para confirmar a varios vecinos de comunidades cercanas, donde la ceremonia la realizó sin problemas.
“Llegaron de muchas comunidades, lo que se me hizo curioso”, respondió el obispo al consultarle si en esa comunidades hay gente por los desplazamientos que se han dado en últimos días a causa de la inseguridad. Dijo que llegaron de poblados como Tlacotepec, Filo de Caballos y Verde Rico.
Se le consultó por el desplazamiento de 50 mujeres que llegaron caminando de Los Morros hacia la cabecera municipal de Chichihualco a causa de la violencia y una amenaza de la Policía Comunitaria de Tlacotepec de que iban a irrumpir en su comunidad.
Rangel Mendoza afirmó que ese desplazamiento de mujeres fue porque les iban a repartir recursos del programa Progresa.
Se le dijo que las mujeres habían denunciado que su desplazamiento a pie fue a causa de la violencia y las amenazas, y respondió que “no me di cuenta de ese dato, yo lo único que sé es que bajaron por Progresa y hoy subieron a Los Morros, fue la noticia que me dieron”.
A pregunta de los compromisos y acuerdos a los que se ha llegado entre grupos del crimen organizado en la zona de la sierra a un mes de terminar el año, el obispo señaló que ahorita “hay muchos oídos sordos desgraciadamente, yo no he podido dirigirme y habar con estas personas, y pues cada quién está defendiendo lo suyo y atacando lo suyo, y desgraciadamente no he podido tener en estos días ningún contacto con ellos”.
A pregunta de un reportero de la posibilidad de que para esta Navidad se pueda llegar a una tregua entre los grupos de la delincuencia organizada en la parte de la sierra del estado, monseñor Rangel afirmó que piensa que sí hay las condiciones.
Reveló que “un dato real que yo sí les puedo decir, es que yo hablé con las autoridades de Chichihualco y entonces me decían eso, que la gente (desplazada) ya empezó a subir a los Morros, y yo en lo personal pedí el apoyo de las autoridades para que fueran custodiados”.
Dijo que él tiene conocimiento de que bajó hacia Chichihualco mucha gente de la sierra para recibir los apoyos del programa Progresa, y que ayer que regresaron hacia sus comunidades, entre ésta Los Morros, iban a subir los desplazados, “ojalá que lo hayan logrado, hasta ahorita no estoy informado”.
Sobre la toma de protesta del presidente Andrés Manuel López Obrador y las expectativas hacia este nuevo gobierno, el obispo Salvador Rangel enfatizó que se tienen tantas esperanzas en este nuevo gobierno y confió que ojalá y todas sus promesas se vayan cumpliendo poco a poco con la ayuda de la ciudadanía, y citó el desarrollo de la sierra, la ayuda a los estudiantes de Ayotzinapa y voltear a ver a los pobres, “ojalá que esto realmente ayude en algo y vayan cambiando las conciencias”.

El Foro

Este sábado por la tarde en el auditorio de la Unidad Académica de Enfermería de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), se llevó a cabo el foro Mujeres en diálogos por la paz de la organización de las Américas para la Experiencia Educativa, en el que participaron el presbítero Salvador Rangel Mendoza, el periodista Sergio Ocampo Arista y el maestro normalista egresado de la Normal Rural de Ayotzinapa, Ángel Armando Francisco quien fue una de las víctimas de los hechos ocurridos en Iguala el 26 y 27 de septiembre.
En las tres exposiciones se coincidió que las mujeres no podrían tener libertad bajo un sistema neoliberal que ha estado presente en México desde hace 36 años, además de que la paz sólo se podría lograr cuando exista la Justicia.
En su participación, el obispo Rangel Mendoza expuso que las mujeres deben de empezar a tener más poder político para que puedan participar libremente en asuntos sociales e institucionales.
“La mujer se debe entender como sujeto activo, ojalá que se les quede eso como sujeto activo, hace falta deconstruir la imagen de víctimas pasivas que tradicionalmente se les ha asignado para generar un espacio en el que las mujeres sean consideradas como sabias y con experiencias relevantes para la sociedad”, enfatizó.
Evidenció que en México y el estado se requieren de cambios que redefinan el lugar de los hombres desde una necesaria construcción de nuevas masculinidades, y aprovechó para recordar que en una de sus visitas a la sierra de Guerrero se topó con algunos campesinos que le decían: “yo le ayudo a mi mujer, le lavo los platos, le cambio al chamaco, me pongo a barrer”.
“Eso es muy importante, requerimos de unas nuevas masculinidades por lo que se debe de enunciar el orden patriarcal, eso sí se ha acabado, que relega a las mujeres en cualquier nivel, incluyendo la familia”, señaló.
Puntualizó que se debe de rediseñar otro tipo de familia en el que exista la igualdad y la colaboración, para que se realicen acciones educativas y divulgativas de cómo se educa a las personas.
Por su parte el periodista Sergio Ocampo Arista subrayó la importancia de la unión entre las organizaciones de mujeres feministas que luchan diariamente por mejorar sus condiciones de vida.
Enalteció la lucha a través de los años de las mujeres indígenas migrantes que en búsqueda de una mejor vida para sus hijos salen de sus pueblos y no dejan de trabajar para buscar mejorar su realidad.
Habló de la valentía de las mujeres que han sufrido de los desplazamientos a causa de la violencia, que a pesar de los hombres armados que llegan a sus comunidades en un caso específico una mujer les dijo que no les daría el gusto de salir corriendo.
Puntualizó que para lograr una paz en la que las mujeres puedan disfrutar de su total libertad se dará en la medida de que se deje las prácticas machistas entre los hombres y se empiece a ver la igualdad y equidad.
También el maestro normalista habló de la lucha de las madres de familia de los 43 normalistas que desaparecieron, de su contante labor y amor a sus hijos para buscarlos para exigir justicia.
Además puntualizó que en estos tiempos se requiere de una educación puntual entre los niños y que los padres sean ejemplo de buena conducta, así como no se debe de normalizar la violencia, porque al hacerlo se tolera se soporta y se vive bajo este dolor.

 

En 18 comunidades de la sierra, la Policía Ciudadana puso retenes contra la compra de votos y para dar seguridad

 

En Corralitos, comunidad de la sierra de Chichihualco, no hubo elecciones. Ayer sólo se encontraban tres de las 80 familias que aquí viven; la mayoría salió huyendo, luego del enfrentamiento del 9 de junio que dejó tres personas muertas, entre ellas el comisario municipal, así como tres casas y dos vehículos incendiados y dos casas más atacadas a balazos.
Corralitos tiene unos 300 electores, que no votaron ayer.
Mientras tanto, en por lo menos 18 comunidades de los municipios de Leonardo Bravo (Chichihualco) y Eduardo Neri (Zumpango), ubicadas en la Sierra del Filo Mayor, las elecciones fueron vigiladas por la recién creada Policía Ciudadana que, además, instaló filtros o retenes en las carreteras desde la tarde del sábado para evitar la entrada de “mapaches” a comprar el voto, informó el coordinador Crescencio Pacheco González.
Todavía ayer, los elementos de esta corporación comunitaria, instalaron filtros de revisión en las entradas y salidas de los pueblos en donde está operando para garantizar seguridad durante la jornada.
El coordinador Pacheco González aseguró que las operaciones de la Policía Ciudadana se realizaron en coordinación con los elementos del Ejército mexicano y de la Policía Estatal.
La semana pasada, la Unión de Comisarios de la Sierra y la coordinación de la Policía Ciudadana de los municipios de Leonardo Bravo y Eduardo Neri, informaron en conferencia de prensa en el Palacio Municipal de Chichihualco que en varios pueblos de esos dos municipios estaba en riesgo la instalación de por lo menos 80 casillas en las que emiten su voto unos 20 mil electores.
Sin embargo este domingo se constató en un recorrido por la zona que las casillas se instalaron sin ningún incidente al menos en los pueblos del corredor desde Xochipala hasta Filo de Caballos.
En Corralitos, el coordinador de la Policía Comunitaria, Pacheco González, informó que no se instalaron las casillas por el desplazamiento de las familias, sin embargo uno de los pobladores que accedió a platicar con el reportero dijo que aquí no se instalan casillas y que tienen que ir a votar a Filo de Caballos.
“De todos modos, aunque se hubieran instalado las casillas, ¿quién iría a votar?, cuestionó otro de los pocos vecinos que regresaron al pueblo y dijo que en su caso después del mediodía viajaría a la capital a depositar su voto en la casilla especial.
Ayer en esa comunidad se vio un destacamento del Ejército mexicano que resguarda el pueblo, pero a pesar de su presencia, uno de los pobladores denunció que las casas que quedaron solas han sido saqueadas y se han robado borregos, chivos y puercos.
También se vio una operación de policías estatales en dos patrullas que recorrían de Xochipala a Filo de Caballos, mientras que en la primera población había un destacamento de policías federales en cuatro patrullas.
El coordinador de la Policía Ciudadana Pacheco González, dijo sin embargo que los policías y los militares se instalaron en esa zona para la jornada electoral de este domingo pero que terminando la elección volverían a dejar abandonados a los pueblos.
Aun cuando las casillas se instalaron sin incidencias en los pueblos, hasta antes del mediodía se vio poca afluencia de votantes, pero el comisario municipal de Filo de Caballos Alfonso González Pacheco consideró normal la afluencia ciudadana pues argumentó que en esos pueblos la mayoría de los electores acude a votar después del mediodía cuando las mujeres terminan con su quehacer en sus casas y los hombres regresan del campo.
El comisario rechazó que los ciudadanos no acudieran a votar por temor a la violencia pues aseguró que la situación se ha ido normalizando desde que los pueblos integraron su Policía Ciudadana.

 

Acuerdan 10 comisarios de la sierra formar la “policía ciudadana de autodefensa”

Comisarios municipales de 10 pueblos de los municipios de Leonardo Bravo y Eduardo Neri, se reunieron el sábado y acordaron integrar la “policía ciudadana de autodefensa”, porque los gobiernos federal y estatal no han respondido a su petición de que se instale en su zona un campamento del Ejército mexicano y de la Policía Estatal, informó vía telefónica este domingo el ex comisario de Filo de Caballos, municipio de Leonardo Bravo, Arturo López Torres.
Mientras que sitio de Urvan que se dirige hacia Tlacotepec que integran la Unión de Transportistas de Heliodoro Castillo ubicado en la colonia Morelos en la capital, cumplen nueve días sin reanudar servicio de transporte público, a consecuencia de los hechos de violencia que ocurrieron la semana pasada en la comunidad Corralitos y en Filo de Caballos en la sierra de Chichihualco.
Los pueblos se encuentran ubicados en la parte baja de la sierra del filo mayor, y son Puerto General Nicolás Bravo (o Filo de Caballos), La Laguna, El Mirabal, Tres Cruces, Los Morros, Campo de Aviación, Torre Camotla, La Escalera, Corralitos y Carrizal de Bravo.
En Corralitos, Leonardo Bravo, el 9 de junio ocurrió un enfrentamiento entre grupos armados que dejó tres muertos. El 11 de junio sucedió una balacera en El Chorrito, en la carretera a Tlacotepec, cerca de Filo de Caballos, en donde fueron halladas dos patrullas militares clonadas y en el interior de una de ellas, estaba un hombre muerto a balazos.
López Torres informó que desde entonces los comisarios de la zona están solicitando a los gobiernos federal y estatal seguridad, porque los soldados y policías estatales solamente fueron el día de las balaceras y se retiraron, a pesar de que la violencia sigue latente.
Dijo que los comisarios demandaron la instalación permanente de una base del Ejército mexicano y de la Policía Estatal en Filo de Caballos o en Campo de Aviación, pero que no han tenido respuesta.
Aseguró que después de la violencia que se desató el sábado y el lunes de la semana pasada en Corralitos y en El Chorrito, ninguna corporación ha estado presente, “no hay nada de seguridad, a excepción de la Policía Rural pero está resguardada en un solo lugar”, informó que en el hospital de Filo de Caballos hay un grupo de esta policía local y otro en la Laguna, municipio de Eduardo Neri.
Informó que ante el riesgo de violencia que sigue presente en estos pueblos, los comisarios de los 10 pueblos se reunieron la tarde del sábado en Carrizal de Bravo y acordaron formar lo que de manera preliminar llamaron la “policía ciudadana de autodefensa”.
“El problema de violencia está latente mientras no haya garantías de seguridad por parte de los militares y de la Policía Estatal”, alertó López Torres, ex comisario de Filo de Caballos e integrante de la Unión de Comisarios de la Sierra.
Informó que hasta ayer seguía cerrado el Hospital Básico Comunitario, ubicado en Filo de Caballos que atiende a la población de esas 10 localidades, aunque en declaraciones que hizo el secretario de Salud la mañana de ayer, sólo 9 de los 18 médicos que trabajan en ese hospital no acuden a sus labores por temor a que haya más enfrentamientos.
Ese hospital cuenta con seis consultorios, 13 médicos en contacto con los pacientes, cinco médicos generales, dos pediatras, 14 enfermeras en contacto con pacientes, 13 enfermeras generales, dos médicos cirujanos, dos médicos especialistas, cuatro médicos especialistas y una enfermera auxiliar.
Según los habitantes de la zona consultados por teléfono, todas las actividades del centro hospitalario están suspendidas desde l 11 de junio y que los pacientes son atendidos por médicos particulares de la zona o cuando es necesario los trasladan a Chilpancingo que se encuentra a una hora 20 minutos.
López Torres declaró que también se encuentran cerradas las escuelas de nivel preescolar, primaria y secundaria, así como el Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos (Cecytec) y dos tele bachilleratos ubicados en Filo de Caballos.
Informó que ante la situación de violencia que se vive en la zona, este lunes los comisarios de la región van a integrar su propia policía ciudadana para defenderse de los ataques
En esos pueblos se disputan el territorio los grupos criminales de Juan Castillo Gómez, El Teniente que controla Tlacotepec, cabecera municipal de Heliodoro Castillo y el de Isaac Navarrete Celis, El señor de la I, de Chichihualco, cabecera de Leonardo Bravo.

Nueve días sin transporte

En Chilpancingo, el sitio de Urvan que se dirige hacia Tlacotepec, que integran la Unión de Transportistas de Heliodoro Castillo ubicado en la colonia Morelos, cumple nueve días sin reanudar servicio de transporte público, tras los hechos de violencia que ocurrieron la semana pasada en Corralitos y en Filo de Caballos.
En el sitio de Urvan Chilpancingo – Tlacotepec ubicado a una cuadra del río Huacapa, se encontraba vacío y no habían Urvan estacionadas ni choferes. Los choferes paralizaron el servicio para proteger su integridad y a los pasajeros.

 

Ataca el grupo de Tlacotepec la comunidad de Izotepec y la defiende la UPOEG, avisan vecinos

El sábado dos grupos presuntamente de la delincuencia organizada se enfrentaron a balazos en Corralitos, en la sierra de Chichihualco, donde quedaron tres civiles muertos, uno de ellos decapitado, y en la misma comunidad fueron quemadas dos casas y una camioneta, y baleadas otras dos viviendas. La imagen, en Corralitos, con la presencia de policías estatales que llegaron tras los hechos Foto: El Sur

 

Habitantes de Izotepec, municipio de Heliodoro Castillo, denunciaron vía telefónica que desde las 6 y media de la mañana del sábado la comunidad fue atacada a balazos intermitentes, que continuaban hasta este domingo.
Informaron que los agresores son miembros de un grupo armado que quiere tomar la población, misma que es defendida por habitantes y policías ciudadanos de la Unión de Pueblos y Comunidades del Estado de Guerrero (UPOEG).
Se quejaron de que hasta el mediodía de ayer, no habían recibido el apoyo de los gobiernos federal y estatal a los que recurrieron insistentemente.
Según las denuncias, los atacantes forman parte del grupo armado que controla la plaza de Tlacotepec, encabezada por Juan Castillo Gómez, El Teniente, Enrique Guzmán García, El Zacra, con el apoyo de la policía comunitaria de Tlacotepec y de Mezcala que organizó el año pasado Onésimo Marquina, El Necho.
Integrantes del mismo grupo atacaron simultáneamente el sábado la población de Corralitos, municipio de Leonardo Bravo, en donde hubo tres muertos, entre ellos el comisario municipal, según lo reconoció oficialmente el gobierno del estado por medio del vocero en materia de seguridad, Roberto Álvarez Heredia, aunque éste no mencionó a que grupo pertenecían los atacantes.
Angustiadas, algunas personas que tienen familia en Izotepec, denunciaron que desde el mediodía del sábado los atacantes cortaron la energía eléctrica y que la señal de la telefonía celular era muy deficiente y habían perdido comunicación con sus familiares que se encuentran acorralados en el pueblo.
El sábado, el gobierno del estado, por medio del vocero Roberto Alvarez y el mismo gobernador Héctor Astudillo Flores vía twitter, negaron que el pueblo estuviera siendo acatado e informaron que personal de la Secretaría de Seguridad Pública acudió en helicóptero y verificó que estaba en calma.
“Lo que pasa es que los hombres armados al escuchar que se acercaba el helicóptero suspendieron los disparos que hacían desde los cerros, pero a la persona que fue al mando le solicitamos el apoyo del gobierno, pero respondió que en todos los pueblos estaba igual y que las fuerzas federales y estatales no podían llegar por tierra”, denunció en un audio que mandó vía Whatsapp, una mujer que todavía ayer imploró ayuda.
Dijo que desde que comenzaron los disparos la mañana del sábado los vecinos pidieron ayuda a través del 911 a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), a la Marina, a la Gendarmería y a la Policía Estatal, pero nadie llegó.
Después del medio día del sábado personal de Seguridad Pública llegó en helicóptero pero solamente para verificar la situación y se regresó de inmediato, dijo la fuente.
Integrantes del mismo grupo, con vestimenta tipo militar y un listón rojo en el antebrazo atacó después del mediodía a la población de Corralitos e instaló retenes en la carretera desde Xochipala hasta Filo de Caballos, denunciaron ayer los pobladores.
El gobierno del estado reconoció este ataque hasta por la noche cuando el vocero Alvarez Heredia dijo que en este pueblo fueron encontrados tres hombres muertos, uno de ellos el comisario municipal.
Mientras tanto, habitantes de la zona denunciaron que los hombres armados atacaron dos casas y dos vehículos que fueron incendiados.
Según el vocero en ese lugar fueron detenidos cuatro hombres armados a los que les decomisaron cuatro armas largas, dos fusiles AK-47 y dos AR-15, pero que entre 180 y 200 pobladores, la mayoría mujeres y niños “azuzados por el comisariado ejidal de Filo de Caballos despojaron (a los policías) con actos violentos a los 4 detenidos”.
Los pobladores de la zona denunciaron que la Policía Estatal llegó a detener a la gente del pueblo que asumió la autodefensa, y protegió la retirada del grupo armado que llegó a atacar a la comunidad y que por eso los habitantes de varios pueblos cercanos impidieron que se llevaran a los detenidos.
Contaron que el grupo armado que llegó a las 10 de la mañana a Corralitos se llevó al comisario municipal a la comunidad de Corral de Piedra y que después del mediodía regresó para tirarlo ya muerto.
Los otros dos cuerpos que fueron encontrados en Corralitos son de personas que murieron en el ataque del grupo armado al pueblo, aseguraron ayer.
Un vecino de Izotepec denunció a través de un audio que no es la primera vez que el Ejército y la Policía Estatal protegen al grupo delincuencial de Tlacotepec, recordó que en septiembre de 2017 el mismo grupo armado quiso entrar a Pueblo Viejo, municipio de Heliodoro Castillo y que las fuerzas federales y estatales llegaron tres días después.
El 8 de diciembre, el mismo grupo criminal irrumpió en Polixtepec, municipio de Leonardo Bravo, en donde saqueó tiendas y viviendas pero policías de la UPOEG y pobladores los corrieron, dos días después intentó entrar en Izotepec, pero fue repelido por la UPOEG y vecinos de varios pueblos.
En esos pueblos se disputan la zona dos grupos criminales, el que controla Tlacotepec, encabezado por Juan Castillo Gómez, El Teniente, y el que controla Chichihualco, encabezado por Isaac Navarrete Celis, el señor de la I.

 

Marchan maestros, organizaciones y vecinos con la UPOEG en la clausura de su Congreso en San Marcos

Integrantes de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) marcharon en las calles de San Marcos en el último día de actividades de su Congreso Estatal, en el tercer aniversario de su creación.
Una marcha y una misa fueron las últimas actividades del Congreso Estatal de la UPOEG, que inició el lunes, en las que los integrantes de la organización demandaron al gobierno respeto al derecho de los pueblos indígenas a organizar su propio sistema de seguridad y justicia.
En la misa, el sacerdote de Xalpatláhuac, Mario Campo Hernández llamó a la UPOEG a recordar que el centro del proyecto es la población y la familia, para no perder sus objetivos de brindar seguridad y lograr la paz en las comunidades donde operan. “Que no se pierdan las asambleas, si se dejan de hacer corren el riesgo de que el movimiento se tergiverse”, advirtió el padre.
Al cierre del Congreso asistieron el asesor del gobernador Héctor Astudillo Flores, César Flores Maldonado; el presidente municipal priista de San Marcos, Juan Carlos Molina; el ex diputado local perredista, Bertín Cabañas López; y el fundador de la CRAC, y hermano de Bruno, Cirino Plácido Valerio, quien no quiso adelantar ninguna declaración de su presencia en el Congreso de la UPOEG.
Minutos antes de las 12 del mediodía, unos 500 integrantes de la UPOEG, policías ciudadanos que portaron sus escopetas, vecinos del municipio y maestros de la Universidad Intercultural de los Pueblos del Sur salieron en marcha de la colonia Campo de Aterrizaje.
En la vanguardia, cinco integrantes de la organización portaron la bandera nacional, seguidos del promotor de la UPOEG, Bruno Placido Valerio; los fundadores y promotores de la organización, Ernesto Gallardo Grande y Crisóforo García Rodríguez; además de delegados de los municipios de la Costa Chica.
Después, venían los policías ciudadanos portando mantas en las que se leía, “Los pueblos originarios, reconocidos, nos unimos a la UPOEG por el reconocimiento por el derecho del reconocimiento humano, defensa de nuestro territorio y de los recursos naturales. Un territorio con seguridad es un pueblo con justicia”.
Atrás, maestros de la Universidad Intercultural de los Pueblos del Sur, quienes exigieron el reconocimiento de la institución para que jóvenes indígenas y afro-mexicanos puedan seguir sus estudios. Los maestros portaron una manta donde demandaban la presentación de los 43 estudiantes desaparecidos de la Normal Rural de Ayotzinapa, en septiembre de 2014 en Iguala.
La marcha fue casi a paso veloz y al ritmo de dos bandas de viento; caminó en las principales calles de la ciudad y la carretera federal Acapulco-Pinotepa Nacional, llegó al Zócalo y regresó al punto de partida, 40 minutos después.
En el trayecto, los vecinos de San Marcos dieron una cooperación a los integrantes de la UPOEG, quienes les acercaban unos botes sellados, con una ranura para depositar su contribución.
Llama el cura de Xalpatlahuac a no olvidar que el centro del proyecto debe ser la familia y la comunidad

En la misa, el presbítero Campo Hernández pidió por los 15 integrantes de la UPOEG asesinados durante los tres años de trabajo de la organización para restablecer la seguridad y la paz en los pueblos de la Costa Chica, Centro, Acapulco, y ahora en la Sierra y en un municipio de la Tierra Caliente.
También pidió por los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa y sus familias, y para que la sociedad guerrerense encuentre paz y justicia.
En la homilía, el padre llamó a los presentes a mantener un compromiso y asumir una actitud de responsabilidad con el pueblo, y que los integrantes de la organización no olviden que el centro del proyecto debe de ser la familia y la comunidad en las asambleas, un criterio que otras organizaciones sociales deben de retomar, dijo.
Asimismo, instó a la UPOEG a que no pierda sus objetivos y a que no se corrompa por intereses personales, y pidió que logre salir de las crisis internas. “2016 debe de ser un año de esfuerzo, de apertura, de construcción conjunta, y no de un año de trabajo solitario”, recalcó.

Fortalecer el diálogo con el gobierno para plantear el desarrollo en las comunidades, pide Bruno

En la clausura del Congreso, el dirigente Bruno Plácido Valerio dijo que en 2016 buscará el diálogo con el gobierno del estado para plantear el desarrollo en las comunidades e infraestructura y seguridad, además de mantener el diálogo con los presidentes municipales, que se tiene que fortalecer.
En breves declaraciones, el dirigente expresó que el gobierno está en su derecho de investigarlo por las narcomantas que en diciembre lo señalaron de estar relacionado con integrantes de la delincuencia, pero afirmó que, “la UPOEG, entre más avanza, afectamos a más intereses”.
Por su parte, Flores Maldonado dijo que se tiene que seguir trabajando en unidad para sacar adelante al estado. Mientras el presidente municipal, Juan Carlos Molina agradeció la presencia del Sistema de Seguridad y Justicia Ciudadano en el municipio.
En declaraciones, el alcalde dijo que serán los integrantes del cabildo quienes decidirán el reconocimiento de la UPOEG como un sistema de seguridad, e indicó que él promueve el respeto de la ley y que bajo sus principios habrá coordinación con la organización.
A nombre de los comisarios de los municipios de la Costa Chica donde opera la UPOEG, el comisario de la comunidad de Colotepec, Ayutla, Honorio Rodríguez reconoció el trabajo del fundador de la organización, Bruno Plácido.
En su mensaje, se dirigió al presidente Enrique Peña Nieto y al gobernador Héctor Astudillo Flores, a quienes dijo que la UPOEG está haciendo el trabajo que el gobierno dejó de hacer de dar seguridad a las comunidades, y solicitó respeto a la organización.

Plantea Bruno Plácido que la UPOEG deje sus funciones de seguridad y vuelva a la gestión

A tres años de la creación del Sistema de Justicia y Seguridad Ciudadana (SSJC) de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), el promotor Bruno Plácido Valerio planteó que la organización regrese a la gestión de infraestructura y a combatir la pobreza, una vez que el problema de la inseguridad se ha superado en las comunidades donde opera.
Ayer, la organización creada el 5 de enero de 2013, que buscó el auspicio de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC), realizó su tercer Congreso Estatal con el objetivo de evaluar los avances, logros y retos del sistema, para proponer estrategias y acciones para su consolidación, en el marco de los derechos humanos de los pueblos originarios.
A la 1:30 de la tarde, los 400 asistentes, policías ciudadanos, activistas y representantes de organizaciones sociales, aplaudieron de pie a la memoria de los más de 15 policías comunitarios y promotores asesinados en los tres años que la organización lleva trabajando, a petición del delegado de la UPOEG en San Marcos, Nicolás Ramírez Delgado.
Minutos antes de dar inició al acto de inauguración, en una reunión preparatoria Bruno Plácido Valerio expresó que es necesario que en la organización existan nuevos rostros y la posibilidad de su retiro al frente de la UPOEG. En declaraciones, precisó que, si la población lo permitiera, estaría bajo la figura de asesor o de consejero.
En cuanto a las narcomantas que aparecieron en diciembre en Chilpancingo señalando al dirigente na’savi de tener vínculos con integrantes de grupos criminales, luego de la incursión de la organización en comunidades de la sierra de Chichihualco, Bruno Plácido dijo que, “esas mantas llevan un mensaje, que significa detención o significa masacre, y al último se justifican diciendo que estaban vinculados y por eso los mataron, por eso es sano hacerse a un lado”.
En su intervención, Bruno Plácido dijo que el 5 de enero hace tres años, el levantamiento organizado de la ciudadanía fue “histórico” en el municipio de Ayutla para defenderse de los delincuentes, cuando las autoridades del estado y los militares permanecieron indiferentes ante las denuncias que hacían.
Ahora, dijo que el movimiento de los policías ciudadanos debe de pasar a un segundo orden, “ya no debe de ser el centro”, y la prioridad de la organización debe ser la erradicación de la pobreza y la gestión del desarrollo de las comunidades, con infraestructura, para encontrar paz.
Abundó que, si se erradica la pobreza también terminará la inseguridad, porque mucha gente que ha detenido la Policía Ciudadana luego de cometer un delito, ha aceptado que lo hizo porque no tenía dinero.
“Se tiene que ver la ruta, si se sigue deteniendo por pobre o buscamos alternativas de solución. La gente cuando es detenida dice que no tiene dinero”, y que por eso comete delitos.
Llamó a los gobierno a anteponer la decisión de los pueblos y no empeñarse en querer gobernar como si estuvieran en un racho, dando órdenes y en beneficio de sus intereses.
Plácido Valerio recordó que el movimiento no es enemigo del gobierno porque está coadyuvando en la seguridad; como parte de ello, en el segundo año de su conformación, los policías ciudadanos decidieron quitarse los pasamontañas para evitar una confrontación, y luego de que el gobierno advirtiera que en la zona se gestaba un movimiento armado.
El promotor subrayó que las asambleas comunitarias han unificado y fortalecido a la organización, por que son las comunidades las que nombran y quitan a sus policías comunitarios, “fue devolverle el poder a la gente”, y así evitar que se tomen decisiones unilaterales, explicó.
Llamó a los policías ciudadanos a no olvidar que su finalidad es cuidar a la ciudadanía y que sus armas no son para estar encima del pueblo, y que los promotores deben de ser facilitadores de la información. Rememoró que cuando la delincuencia ataca a la sociedad, la policía debe accionar, pero cuando el gobierno ataca a la organización, es el pueblo el que debe salir a defenderlos, “hay una reciprocidad”.
“Ahora han surgido muchos grupos porque no han aceptado el esquema de comunidad. Llámese comunitaria o ciudadana, tienen que tener la formula de la asamblea, no podemos hacer grupo, porque si hacemos grupo vamos a terminar (en lo mismo) a lo que teníamos miedo”, indicó.
Recordó que en Tierra Colorada y Malinaltepec se permitió que los autodefensas portaran armas de grueso calibre para combatir a la delincuencia, lo que terminó revirtiéndose contra la población cuando el grupo sometió al pueblo, “fue un error que no podemos permitir”, dijo.
Llamó a la reflexión a los policías ciudadanos, porque a pesar de que no hay integrantes suyos en la cárcel, sí hay muchas averiguaciones previas, muertos y enfrentamientos, “tenemos que buscar qué hacer, porque de todo me echan la culpa a mí. Es fácil buscar culpables, pero es bien difícil asumir responsabilidad”, subrayó.
Informó que la UPOEG mantiene su presencia en 12 municipios de la Costa Chica, Acapulco, Chilpancingo y, desde noviembre, en 16 comunidades de la sierra de Chichihualco, además de en 14 comunidades de San Miguel Totolapan, donde la gente ha solicitado su apoyo para organizarlos.
En este contexto, dijo que la UPOEG es un facilitador para que las comunidades se organicen, “no somos empresa de seguridad”, aclaró.
En su intervención, el fundador de la UPOEG, Crisóforo García Rodríguez recordó que donde hay policías comunitarios o ciudadanos hay paz, y “donde no, como Acapulco, hay sangre todo los días”. Afirmó que, “hay una delincuencia pactada y tolerada por el gobierno, que lo utiliza”.
Señaló que el gobierno los llamó autodefensa a pesar de actuar bajo el marco de la Ley y los tratados internacionales de los derechos indígenas, para tratar de desarmarlos, sin embargo el objetivo que persigue la organización es combatir la delincuencia.

Las ocho mesas de trabajo de la asamblea

Después del acto, se instalaron ocho mesas de trabajo: Proyecto comunitario y desarrollo integral; Informe, evaluación, reestructuración y funcionamiento del SSJC; Derecho a la consulta y representación popular; Defensa del territorio y recursos naturales; Integración familiar, prevención y abatimiento del delito; Desaparición forzadas y atención a víctimas; 43 estudiantes normalistas y otras personas desaparecidas; y Derechos Sociales.
Hoy, luego de una marcha se darán a conocer los resultados de las discusiones de las mesas. Al acto asistió el fundador de la CRAC y hermano de Bruno Plácido, Cirino y el ex diputado federal Marcos Matías.

De la organización podrían salir más grupos como el FUSDEG, dice el promotor

En declaraciones, Bruno Plácido Valerio indicó que así como se desprendió el FUSDEG por grupos de intereses, de la UPOEG “podrían salir otros”.
Enfatizó que si las nuevas organizaciones no se apegan al esquema de las asambleas de los pueblos, tenderán al fracaso o se conformarán en “grupos” que, en vez de proteger a la población, pueden ser delincuentes.
También dijo que la UPOEG no puede vivir como un centro de atención a la seguridad cuando hay secuestros, “sí pasan cosas, pero sí se han resuelto”.
Abundó que, “si seguimos fomentando la Policía Ciudadana, los policías pueden llegar a corromperse o desviarse, y se necesita cambiar el centro de atención para que las comunidades sean las a que tomen las decisiones”.
El dirigente dijo que en vez de perseguir a los drogadictos, se debe de atender la drogadicción, al igual que los problemas de deudas de las personas en las comunidades donde las casas de prestamos cobran altos intereses y la gente termina endeudada y robando para poder pagar.

Diálogo y respeto, piden
coordinadores

El promotor de la UPOEG Crisóforo García, en declaraciones solicitó a los gobiernos municipal, estatal y federal, y a las instituciones a las “que les competa dar seguridad, que lo hagan”, y llamó al gobierno a mantener el diálogo, la coordinación y el respeto con la UPOEG.
Expresó que en tres años se ha confirmado que la consolidación de una organización no depende de los líderes o dirigentes, sino del poder de la población. Dijo que quienes han perseguido intereses personales han fracasado y no logran sobrevivir.
Dijo que esos mismos intereses personales por el control han derivado en muertos, en alusión a la separación del FUSDEG que opera en el Valle del Ocotito. El 30 de marzo se registró una balacera entre ambos grupos en el crucero de San Juan de El Reparo que dejó 12 muertos, 10 del FUSDEG y dos de la UPOEG.
Por su parte, la promotora de Ayutla, Eneida Lozano Reyes dijo que los avances de la UPOEG son muchos y los resultados son evidentes, pero reconoció que es difícil seguir operando cuando la gente cae en la comodidad porque hay seguridad.
Reconoció que hay apoyo a las mujeres dentro de la organización y tienen el mismo derecho de voz y decisión.