Sofocan bomberos dos incendios, uno en el Kilómetro 30 y otro en la colonia Lucio Cabañas

Argenis Salmerón

Dos incendios forestales se produjeron el sábado y domingo en Acapulco, uno en la zona suburbana y otro en la rural. Ambos fueron controlados por bomberos municipales.
Ayer se suscitó un incendio forestal en la comunidad de Lomas de San Juan, en la zona rural de Acapulco.
El siniestro fue reportado la mañana del domingo en la carretera federal México-Acapulco, cerca del poblado El Kilómetro 30, indica el informe de Bomberos del municipio.
El reporte oficial destaca que posiblemente una persona arrojó una colilla de cigarro desde un automóvil en movimiento y cayó encima de los pastizales.
Ante está situación, el fuego se activó y se extendió a la brevedad en el predio, a un costado de la vialidad.
Los conductores circulaban lento por la falta de visibilidad del humo y la lumbre cercana a la vialidad.
Los bomberos municipales controlaron el fuego con una pipa con agua y después otra llegó para terminar los trabajos.
El sábado, un incendio forestal se produjo en la colonia Lucio Cabañas, cerca de la Autopista del Sol.
El fuego fue reportado a las 6 de la tarde del sábado, en la parte alta de un cerro, informaron bomberos municipales.
De acuerdo con la información recabada, el fuego fue provocado por un campesino que quemó su basura para dejar limpio su predio.
Sin embargo, el fuego se salió de control y se extendió a los terrenos llenos de pastizales y troncos que dejó el huracán Otis.
Los bomberos municipales utilizaron machetes, palas y picos para hacer las guardarrayas, además de motobombas para controlar el fuego.
Se informó que el terreno es accidentado, lo que dificultó el control del fuego, además de los fuertes vientos. Más el incendio fue controlado.
La última casa, se ubicó a un kilómetro aproximadamente del incendio forestal, por lo que no hubo riesgo para los vecinos.
De acuerdo con el encargado de despacho de la Dirección de Bomberos, Raúl Noyola Rocha, la temporada de incendios forestales empezó en diciembre del año pasado y culmina el 15 de mayo, fecha que inicia la temporada de lluvias.

 

La verdad documentada: cinco años de vuelos de la muerte y 350 personas lanzadas al mar

Ilustración: Rocío Urtecho

José Reveles y Jacinto R. Munguía / Especial de Fábrica de Periodismo*

Ciudad de México

Las bitácoras completas de los aviones Aravá a los que ha tenido acceso Fábrica de Periodismo no dejan lugar a la imaginación: en cinco años (1974 y 1979) el Ejército mexicano realizó al menos 54 vuelos nocturnos de la muerte, una operación mediante la cual cientos de mujeres y hombres que habían sido ejecutados momentos antes con un disparo en la nuca fueron lanzados al océano Pacífico, aun cuando algunas todavía vivían.
Con base en documentos de una investigación militar celosamente guardada durante más de 20 años, que incluye testimonios directos de los militares que participaron en ese tipo de vuelos, es posible acercarse por primera vez al número real de guerrilleros y disidentes políticos ejecutados extrajudicialmente por el Estado mexicano durante esos años de la Guerra Sucia.
Los testimonios y los registros de los vuelos dan cuenta de que al menos 350 personas fueron arrojadas al mar, a unas 50 millas al norte de la Base Aérea Militar no. 7 de Pie de la Cuesta, en Guerrero. Personas a las que sus familias y seres queridos nunca más pudieron abrazar, de las que no conocieron su destino final.

Costales de los que salía sangre

Es miércoles 27 de junio de 2001. Los peritos del Ejército mexicano arriban poco después del mediodía al hangar que ocupa el Escuadrón 301 en la Base Aérea Militar de Santa Lucía. Ahí se localizan cuatro aviones Aravá de fabricación israelí.
Los han comisionado para que traten de obtener vestigios hemáticos en el piso del avión marcado con la matrícula 3005. La prueba podría resultar infructuosa, dado que la aeronave ha sido pintada por dentro y por fuera en fecha reciente y la sangre cuya presencia se busca entre láminas y tornillos habría sido derramada allí al menos 25 años antes, cuando cientos de mujeres y hombres fueron lanzados al mar desde ese avión en vuelo.
El grupo de agentes del Ministerio Público Militar que revisa el Aravá ordena una recreación lo más precisa posible de ciertos hechos en presencia del mecánico retirado Margarito Monroy Candia, testigo y partícipe de aquellos vuelos de la muerte.
Soldados de estatura mediana reciben la orden de acomodarse en el piso. Lo hacen y se confirma que, en efecto, una vez abatidos los asientos hacia las paredes del pequeño avión, en el espacio resultante caben ocho cuerpos en forma transversal, tal y como se colocaban los cadáveres todavía sangrantes de personas que momentos antes habían sido liquidadas con un tiro en la nuca.
Cuatro días antes de que los peritos busquen alguna huella de la sangre derramada en el interior del Aravá, el teniente coronel piloto aviador Apolinar Ceballos Espinoza, declara ante el capitán de justicia militar Ángel Rosas Gómez que desde la primera noche del 15 de febrero de 1979 en que fue comisionado a la base aérea de Pie de la Cuesta, luego de hospedarse en el hotel Villa España, en Acapulco, se le ordenó hacer un primer vuelo a las tres de la madrugada.
Y una vez que hacía los preparativos para alistar el viaje, se le indicó que subiera por la puerta ubicada al lado del copiloto, por lo que no vio la parte trasera del avión, pero sintió que había gente caminando y diciendo “este paquete está pesadito” o “éste está ligero”.
Recibió entonces las instrucciones de vuelo: navegar hacia el norte, despegar con luces encendidas, pero luego apagarlas. En viajes posteriores saldrían desde un principio con las luces apagadas.
El avión recorrió unas 50 millas hasta que alguna de las personas que venían atrás dijo “que ahí estaba bien” y se le ordenó bajar primero la altitud a unos 500 pies (160 a 170 metros) y luego la velocidad a 115 o 120 nudos.
Apolinar Ceballos recuerda bien que se escuchaba que atrás arrastraban bultos y después de un ratito, alguien gritó “listo”, por lo que la tripulación enfiló de regreso a la base aérea. Al bajar, Apolinar vio una lona azul o verde semidoblada y manchada de sangre en el avión.
Las tripulaciones del Aravá tenían su base en Santa Lucía, Estado de México, y por lo general viajaban de ahí a Ciudad de México y luego a Pie de la Cuesta, aunque a veces se hacía directamente de base aérea a base aérea.
Una vez en Guerrero, aguardaban a que llegara la madrugada y entonces se repetía el modus operandi: a eso de las tres o cuatro de la mañana se alistaba el avión, los detenidos eran sacados del bungalow, los sentaban frente al mar y los ejecutaban por la espalda de un disparo en la nuca; luego, subían al Aravá los cuerpos de quienes habían sido asesinados minutos antes en la playa.

Del Campo Militar no. 1
a Pie de la Cuesta

En ocasiones, desde el Campo Militar no. 1 se trasladaban civiles detenidos a Guerrero. Ese fue el caso del segundo vuelo de Apolinar como copiloto, apenas dos días después del primero. Iban los policías militares, pero ahora llevaban a una mujer y a un hombre vendados y esposados.
Nuevamente a las tres de la madrugada saldrían al mar, pero al entrar por la puerta de carga del avión, esta vez Apolinar vio “cinco o seis costales con algo dentro y de los que salía sangre”, se manchaba la lona y despedía un olor medio raro.
Apolinar iba muy nervioso y tenso por lo que había observado. Por eso seguía “como un robot” las órdenes que le daban, le dice al agente del Ministerio Público Militar.
Ya en vuelo, ejecutó el mismo procedimiento que la ocasión anterior: una vez que les decían que “ahí estaba bien”, debía volar a baja altura, reducir la velocidad, esperar a que los policías militares arrojaran los bultos al mar y, entonces, regresar.
Al acabar el vuelo, Apolinar no se contuvo y habló con su jefe de vuelo, el capitán Jorge Violante Fonseca, a quien le pidió que le dijera la verdad, “que si lo que yo había visto era lo que suponía, cadáveres”.
El piloto se lo confirmó y le dijo que era una misión “muy delicada, que alguien tenía que hacer el trabajo, que alguien tenía que volar el avión y que nos había tocado a nosotros, que no quería que esto afectara mi desempeño y terminó felicitándome por haber hecho bien el vuelo y aterrizaje a pesar de lo nervioso que me encontraba”.
Violante le hizo, además, una advertencia: “Que ya no preguntara, que no era bronca de nosotros, que nosotros no lo hacíamos (asesinar a las personas), pues sólo volábamos el avión”.
Según recuerda, en seis o siete ocasiones se le pidió tripular el Aravá con el fin de lanzar los cadáveres al océano, aunque un par de veces abortó el operativo y se regresaron a Santa Lucía.

“Vuelos locales”

Apolinar concluye su declaración. El agente del Ministerio Público Militar procede entonces a hacerle preguntas.
–Que diga el compareciente si había alguna clave para denominar o asentar en la bitácora del avión los vuelos que se hacían para el lanzamiento de cadáveres.
–Hasta donde yo sé, sólo se decía que eran vuelos, que se asentaba en la bitácora, así como el tiempo, la hora de puesta en marcha del avión, la ruta, la hora de apagado de motores, el destino. Cuando hacíamos los vuelos al mar para lanzar los cadáveres, se asentaba como “vuelo local” –responde Apolinar Ceballos.
–Que diga quién hacía las anotaciones.
–El comandante de la nave, aunque en ocasiones yo las hacía.
–Que diga el compareciente si se daba parte de esos “vuelos locales”.
–Sí se daba parte, mediante radiograma a la Fuerza Aérea, con copia al escuadrón, al de la base aérea de Pie de la Cuesta y otros, en donde se decía la operación de la aeronave, pero no se decía lo que se hacía.
–Que diga el lugar en el que por lo general se lanzaban al mar los cadáveres.
–Era al norte de Pie de la Cuesta, a unas 50 millas de distancia, dependiendo de si había o no luces abajo, ya que podría tratarse de un barco.
Tres días después, le corresponde al general de ala Bernardo Huicochea Alonso rendir declaración ante las autoridades sobre lo ocurrido 25 años antes, por formar parte de las tripulaciones que piloteaban el Aravá de 1975 a 1978.
Es el 25 de junio de 2001 y Huicochea es muy parco en su declaración. Dice que desde que llegó a la base de Pie de la Cuesta trató de no inmiscuirse mucho, ya que “por rumores que corrían en el escuadrón, se sabía que el avión Aravá era utilizado para arrojar gente al mar”.
Cuenta que a veces se trasladaban detenidos de Ciudad de México a Pie de la Cuesta, que no recuerda cuántos fueron, quizá unos cuatro o cinco, sin darse cuenta de a qué lugar de la base aérea fueron conducidos.
–Que diga si los vuelos nocturnos que se hacían al mar eran anotados en la bitácora del avión Aravá.
–Que sí, pero se anotaban como “vuelos locales” y se especificaba el tiempo de vuelo, ignorando dónde pueda encontrarse la bitácora.

Se llevaban de cinco a
ocho cuerpos cada vez

Es junio de 2001 y el mecánico de aviación Margarito Monroy Candia, originario de Ciudad de México, proporciona a los agentes pormenores de los “traslados”. Su declaración ocupa 14 hojas oficio a renglón seguido.
Dice que durante el primer vuelo, los generales Arturo Acosta Chaparro y Francisco Quirós Hermosillo iban platicando entre ellos en voz baja, y en algún momento se dirigieron al piloto para indicarle que “ahí estaba bien”, por lo que “el capitán David disminuyó la velocidad y bajó un poco la altura a la que viajábamos”.

Los tres elementos de la policía militar que iban a bordo entraron en acción. “Uno empezó a jalarlos (a los cuerpos) y acercarlos al espacio de la puerta que se había quitado, mientras los otros los tomaban, uno por las manos y otro por los pies, los balanceaban y los empezaban a tirar”.
Unos 20 días después del primer vuelo, Margarito recibió la instrucción del capitán David González de que se preparara para salir otra vez, por lo que a las tres de la mañana revisó el avión. Y se dio cuenta de nuevo de que se llevaba a cabo el mismo procedimiento: “La persona era sacada del cuartito, a unos 20 o 30 metros de donde los ejecutaban, vendada de los ojos y la sentaba en el banquito. Una persona se le acercaba por detrás y le daba un balazo en la nuca”.
La mayoría de las veces el disparo era letal, pero no siempre, así que el escenario se volvía aún más inhumano. “En ocasiones me di cuenta de que el personal que supuestamente estaba muerto, todavía iba vivo, agonizante, así eran subidos al avión y después los tiraban al mar”.
El fiscal le pregunta entonces si existe algún otro registro de lo que ocurría en los vuelos, Margarito Monroy primero divaga un poco y entonces proporciona un dato directo: dice que en una ocasión subió al avión una persona para grabar video del momento en que tiraban los cuerpos al mar. Hubo un contratiempo: la toma se tuvo que repetir porque los filmó “al natural, sin cubrirnos los rostros; se volvió a tomar, pero ya con pasamontañas”.
En esta parte del interrogatorio, el agente de la justicia militar se detiene y le pregunta sobre un aspecto fundamental, sobre el cual se conocen apenas unos cuantos jirones de una verdad deslavada:
–Que diga el compareciente el número aproximado de cadáveres que se tiraron al mar durante su comisión en Pie de la Cuesta.
–Yo calculo –responde Margarito con una estimación apresurada– que entre unos 120 y 150, aunque –aquí se muestra un poco más cauto– para mayor seguridad es necesario checar en las bitácoras y los partes el número de vuelos que se hacían, tomando en cuenta que en ocasiones se llevaban de a ocho muertos, pero a veces eran cinco, seis o siete.

La verdad está en
las bitácoras

Las bitácoras, les había contado ya Margarito Monroy a los agentes, debían elaborarse obligatoriamente porque son parte de la vida del avión, indispensables para conocer su estado mecánico y programar su mantenimiento.
“Los pilotos daban parte a la superioridad, al comandante de la base, y yo veía que se elaboraba ese parte, la bitácora, y debían haberse remitido a la Fuerza Aérea o a la Secretaría de la Defensa Nacional, pero en algún lugar deben estar”, detalló Monroy Candia.
Pocos días después de escuchar sobre los acontecimientos y la relevancia de las bitácoras, el Ministerio Público Militar giró un oficio al comandante de la Base Aérea Militar no. 1 para que le remitiera los originales de los siete tomos de bitácoras de vuelo del Aravá matrícula 3005.
La respuesta fue inmediata. En poco más de tres horas, ya las habían entregado. Y Margarito Monroy fue citado para la mañana siguiente, la del 28 de junio de 2001, con el propósito de que identificara y validara que esas eran las bitácoras que contenían el registro preciso de esos vuelos, quizá la última huella de vida de quienes eran forzados a ser pasajeros.
Los peritos hacen en el expediente una descripción técnica de la nomenclatura y la organización en columnas del contenido de las bitácoras: el grado de la tripulación, el tipo de comisión y las condiciones del vuelo.
En las columnas aparecen anotadas además las fechas de vuelo, destino, procedencia, número de aterrizajes, horarios y tiempo de duración.

54 vuelos de la muerte

Con las bitácoras originales en su poder, y luego de una revisión detallada, los fiscales militares localizan los vuelos en los que participó Margarito Monroy Candia y presentan un reporte minucioso, organizado por número de vuelo, tripulación, fecha, misión, ruta y horarios.
El reporte exclusivamente de esos vuelos ocupa 10 páginas y contiene detalles precisos de las misiones ocurridas a lo largo de casi cinco años, de septiembre de 1974 a enero de 1980.
El listado incluye 217 vuelos en los que estuvo presente Margarito, varios de ellos de la Ciudad de México a Acapulco, algunos a Chilpancingo, de Acapulco a Pie de la Cuesta, o viceversa; al medio día, por la mañana o media tarde, con duraciones muy largas o muy cortas para que encuadren en la operación de los vuelos de la muerte.
Pero muchos sí corresponden a los múltiples testimonios incluidos en la investigación: son nocturnos o poco antes del amanecer, con una duración de 50 a 90 minutos, todos etiquetados como “vuelos locales”.
Esos son los que responden al patrón de los vuelos de la muerte. Y son al menos 54 vuelos de ese tipo, despegando entre las tres de la madrugada y minutos antes de las seis de la mañana, con una duración que se ajusta al recorrido de unas 50 millas náuticas, saliendo de y regresando a la plataforma de la Base Aérea Militar de Pie de la Cuesta.
Más de medio centenar de vuelos con personas ya fallecidas o agonizantes de las cuales nunca más se supo, cuyas familias y seres queridos esperaban un regreso a casa que nunca ocurrió.
El mayor número de vuelos en un mes se produjo exactamente cuando empezaron. Septiembre y octubre de 1974 fueron atroces: 16 vuelos de la muerte confirmados en total. Eso significa alrededor de 100 personas lanzadas al mar en un par de meses.
Las rachas de vuelos se presentaron en septiembre de 1974 (días 16, 17, 18 y 20), o en julio de 1976 (1, 2, 10 y 13), o en enero de 1979 (días 6 y 7), por ejemplo.
El concentrado de las bitácoras en 10 hojas es la aproximación más cercana a la verdad sobre uno de los métodos más crueles que utilizó el Ejército mexicano para desaparecer a cientos de mujeres y hombres.
A partir de esas hojas, de los dictámenes y de los testimonios de testigos, y lejos de rumores y verdades “matizadas” sin respaldo documental, es posible sostener hoy que el número de personas que fueron arrojadas al mar desde el avión Aravá se ubica al menos en 350, el punto medio resultante del cupo mínimo y máximo de esos vuelos.
Las versiones semioficiales previas son parciales y difíciles de sostener.

Posdata: los crímenes
siguen impunes

Hasta donde existe información pública, la ambiciosa investigación no logró ubicar un libro con pastas negras en donde se habrían apuntado los nombres de las víctimas ni los videos que se habrían filmado en el avión para documentar, al menos en una ocasión, cómo los cadáveres eran lanzados al mar en pleno vuelo.
La investigación completa tampoco condujo a nada. Ni a los generales Francisco Quirós Hermosillo y Arturo Acosta Chaparro ni al mayor Francisco Barquín se les juzgó por el homicidio y la desaparición forzada de cientos de mujeres y hombres lanzados al Pacífico.
Sí fueron recluidos en la prisión del Campo Militar Número Uno, pero sólo por delitos contra la salud, acusados de proteger a Amado Carrillo Fuentes, líder del Cártel de Juárez. A Quirós Hermosillo se le condenó además por cohecho.
Con un amparo en la mano, Acosta Chaparro salió libre en junio de 2007 y se fue a Los Pinos a servir como asesor del presidente Felipe Calderón Hinojosa en la guerra contra el narco. Se le restituyeron sus grados militares, se le ascendió en el escalafón castrense y se le reintegraron millones de pesos por salarios caídos.
Acosta Chaparro fue asesinado a balazos en abril de 2012, en la colonia Anáhuac de la Ciudad de México, por uno de los dos jóvenes que lo siguieron en una motocicleta cuando iba a recoger su vehículo Mercedes Benz al taller mecánico. Falleció ese mismo día cuando era atendido en la Cruz Roja.
Quirós Hermosillo murió de cáncer en noviembre de 2006. Se encontraba en prisión y no alcanzó a cumplir su condena de 16 años de cárcel. El mayor Francisco Barquín Alonso también murió en prisión, en 2005, a causa de un cáncer.
Aún no se conoce la identidad de las víctimas que fueron asesinadas y lanzadas a las profundidades del mar.

*Esta es una versión resumida de la segunda parte de “Toda la verdad sobre los vuelos de la muerte”, difundido en Guerrero en alianza exclusiva con El Sur. Entra a suracapulco.mx si quieres leer el reportaje completo. Para acceder a esta y otras investigaciones, visita FábricadePeriodismo.com

Reivindican la lucha social en entrega de preseas post mortem a Lucio y a Ranferi Hernández

Micaela Cabañas Ayala y Diana Hernández, hijas del comandante guerrillero Lucio Cabañas Barrientos y del luchador social asesinado en 2017, Ranferi Hernández Acevedo, tras recibir la Presea Popular Sentimientos del Pueblo, en el vestíbulo de la dirección general del Colegio de Bachilleres, en el centro de la capital Foto: Jessica Torres Barrera

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

La Asamblea Popular de los Pueblos de Guerrero (APPG), entregó ayer post mortem la Presea Popular Sentimientos del Pueblo al comandante de la guerrilla del Partido de los Pobres (PDLP), Lucio Cabañas Barrientos, y al luchador social asesinado en 2017, Ranferi Hernández Acevedo.
En representación de los recipiendarios recibieron la medalla Micaela Cabañas Ayala y Diana Hernández, hijas de Lucio y Ranferi, respectivamente.
Antes de la ceremonia de entrega, cerca de 300 personas marcharon del parque Margarita Maza de Juárez, ubicado al norte de la ciudad, al vestíbulo de la dirección general del Colegio de Bachilleres, en el centro de la capital, donde se entregaron las medallas decoradas por los mineros de Taxco.
La décimo sexta Presea Popular Sentimientos del Pueblo fue entregada a Micaela Cabañas, hija del guerrillero, por la hermana de Lucio, Guillermina Cabañas.

El acto, un reencuentro del movimiento social: Micaela Cabañas

Micaela agradeció el reconocimiento del movimiento social a su padre a través de la medalla, y que ceremonias como esas sean motivo para el reencuentro de líderes de colonias, de poblaciones, de líderes de organizaciones sociales, y de víctimas de la violencia como desaparecidos, desplazados, “y a otros que les ha tocado dirigir luchas a lo largo de muchos años y que han levantado la voz para defender al pueblo, igual que lo hizo mi padre y mi madre”.
Dijo que el reconocimiento que recibe a nombre de su padre es en honor a todos ellos; a los caídos, a los desaparecidos “y a los que hoy sobreviven a la ardua lucha y nos consideramos pertenecer a la lucha social”.
Añadió que a todos ellos, a quienes considera sus hermanos de lucha, como a los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, “y a los que estamos en espera de justicia, les comparto un pedazo de esto”, dijo mostrando la medalla.
Explicó que este es el símbolo de la unidad de la lucha social, “de la unidad que nos hace ser hermanos, que nos hermana día a día, y es para todos nosotros, porque es un reconocimiento a la lucha social del maestro Lucio Cabañas, un reconocimiento al PDLP, a la Brigada de Ajusticiamiento, a los que no regresaron y que aún estamos en espera de ellos”.
La hija del guerrillero, expresó que está segura que pronto, todos, “estaremos multiplicando nuestros esfuerzos para seguir adelante y seguir defendiendo al pueblo. Vamos a hacer pueblo y a estar con el pueblo, como decía mi señor padre”.
Enseguida, Pablo Cabañas, hermano de Lucio, hizo una reseña del dirigente del PDLP y agradeció a los presentes por conservar el recuerdo de su hermano.
Lo recordó como un hombre noble toda su vida; “yo que lo conocí desde niño, sé lo que fue Lucio Cabañas y no llenaríamos ningún lugar con todas las preseas del mundo para terminar de hablar de Lucio, los discursos se quedan cortos para hablar de la nobleza de Lucio. No alcanzarían los libros para hablar de la humildad de Lucio”.
Dijo que lo sabe porque jugó con él al trompo, al balero, a las canicas, “corrimos juntos en el campo, por eso les doy muchas gracias a cada uno de ustedes por el reconocimiento”.
Recordó que estaba preso por el gobierno priista cuando mataron a Lucio, y desde entonces, “como todos los que se les va la mamá, el hijo el hermano, el padre, llevo una espinita clavada en el corazón”.

Nuevas generaciones retoman la lucha: Diana Hernández

Nicomedes Fuentes, ex integrante de la Comisión de la Verdad (Comverdad), entregó la presea del finado Ranferi Hernández a su hija Diana.
En su mensaje dijo que la lucha que enarbolan las organizaciones sociales ha sido muy difícil y fuerte, “y ha generado dolor pero también esperanza; la esperanza de que un día, lo menos lejano posible, tengamos un país como el que soñaban muchos compañeros dirigentes sociales que ya no están, como Genaro Vázquez, Lucio Cabañas, Carmelo Cortés y Ranferi Hernández.
En el caso de Hernández Acevedo recriminó que “mentes perversas y manos criminales les cortaron la vida a él, a su esposa y a dos de sus familiares”.
Pero añadió que la lucha sigue con las nuevas generaciones.
Diana Hernández, añadió que “le incomode a quien le incomode la lucha no se acaba hasta que se acaba”, y en seguida leyó una reseña de su padre que fue fundador de varias organizaciones sociales, como la Organización de Pueblos y Colonias de Guerrero (OPCG), el Frente Amplio para la Construcción del Movimiento de Liberación Nacional (FAC-MLN), el Movimiento Social de Izquierda (MSI), el Movimiento Popular Guerrerense (MPG) y la Organización Indígena Campesina Vicente Guerrero (OICVG).
La hija de quien fuera también diputado local y dirigente estatal del PRD, denunció que el asesinato de su padre es parte del “terrorismo de Estado” que se ha sedimentado como forma dominante de hacer política en México.
Ranferi Hernández Acevedo fue asesinado el 14 de octubre de 1917, junto su esposa Lucía Hernández Dircio, su suegra Juanita Dircio Barrios, de 94 años, y el ahijado de Ranferi y Lucía, Antonio Pineda Patricio.
El múltiple asesinato ocurrió cerca de la comunidad de Nejapa, a unos 15 minutos de Chilapa, en la carretera Chilapa-Ahuacuotzingo. Sus cuerpos fueron hallados incinerados dentro de la camioneta en que viajaban.
Diana explicó: “con una racionalidad política calculadora”, han asesinado selectivamente a dirigentes sociales y campesinos. Habló de los dirigentes Arturo Hernández Cardona, Raymundo Velázquez Flores, Rocío Mesino, Luis Olivares Enríquez, todos, dijo, durante el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto y de los gobernadores Ángel Aguirre Rivero en su segundo periodo, y de Héctor Astudillo Flores.
Reprochó que en todos los casos la impunidad y la “cínica complacencia” de las diferentes autoridades fue el sello de estos asesinatos.
Resaltó la persistente postura de su padre por el esclarecimiento de la masacre de los 17 campesinos en el Vado de Aguas Blancas ocurrido el 28 de junio de 1995, “y responsabilizó directamente y sin tapujos al cacique y entonces gobernador Rubén Figueroa”, lo que, denuncio, le originó persecución y su autoexilio a Francia “porque se convirtió en la piedra en el zapato, al igual que otros dirigentes que fueron perseguidos y criminalizados”.
Los familiares de Lucio Cabañas y Ranferi Hernández, fueron acompañados en el presídium por dirigentes sociales como Camilo Valenzuela, de la Red de Izquierda Revolucionaria (Redir); la ex candidata de Morena a la alcaldía de Chilpancingo, Silvia Alemán Mundo; los dirigentes de la APPG, Nicolás Chávez Adame y Raúl Nájera; la viuda del diputado perredista y presidente de la Comisión de Gobierno del Congreso local, Armando Chavaría Barrera, Martha Obezo Cázares; en representación del director general del Colegio de Bachilleres Jesús Villanueva Vega estuvo Fernando Hernández, así como la representante del Comité de Solidaridad con el Movimiento de 1960, Roberta Campos Adame.
Amenizaron la ceremonia el cantautor, Lenin Fernández y el cantante Balan Grandeño. Al final, los asistentes departieron pozole y brindaron con mezcal que trajeron comunidades de la sierra del municipio de Chilpancingo.

 

Abordan los nuevos libros de texto la represión en Guerrero en años recientes

Ramón Gracida Gómez

A partir de cuarto año de primaria, los niños del país van a leer en sus libros de texto gratuitos distintos pasajes de la historia reciente de Guerrero, por ejemplo, que Genaro Vázquez y Lucio Cabañas lucharon por las demandas de los campesinos y la participación democrática en las urnas y debido al fraude electoral optaron por “tomar las armas”.
También se asegura que el asesinato de campesinos en Aguas Blancas hizo “perder aún más la legitimidad” del régimen priista.
En segundo de secundaria van a repasar más detalles sobre las guerrillas de los años de 1960 y 1970, así como la matanza de 1995. También van a estudiar sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, donde aparecen como responsables el gobierno de Enrique Peña Nieto, el Ejército mexicano y la Policía Federal.
La versión electrónica de los libros puede ser consultada en la página de internet de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg), entre ellos, se encuentra Nuestros saberes México, Grandeza y Diversidad, que es el libro de historia para los alumnos de cuarto a sexto de primaria.
Uno de sus últimos capítulos se titula La Estabilidad Política Avances y Conflictos, en el que se relata que en el gobierno de Adolfo López Mateos (1958-1964), “se dieron movimientos por una participación política plural”.
De Guerrero se dice que “un movimiento popular, en el que participaron estudiantes, comerciantes y amas de casa, derrocó en 1960 al represivo gobernador Raúl Caballero Aburto. Un grupo de jóvenes, encabezados por Genaro Vázquez, Lucio Cabañas y algunos políticos locales, formaron la Asociación Cívica Guerrerense, que luchó por las demandas de los campesinos y la participación democrática en las urnas, para elegir gobiernos populares en los municipios”.
Continúa: “Sin embargo, frente al fraude electoral, frustrada la lucha cívica y agotada las instancias políticas, transformaron la organización en la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria y optaron por tomar las armas”.
El siguiente capítulo es Crisis del Régimen y Desprestigio del Gobierno y se destaca en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) el asesinato, además de Luis Donaldo Colosio, del ex gobernador de Guerrero, José Francisco Ruiz Massieu.
Luego se cuenta que el “asesinato de campesinos en Aguas Blancas, municipio de Coyuca de Benítez, Guerrero, en 1995 y la matanza de Acteal, municipio de Chenalhó, Chiapas en 1997, hicieron perder aún más la legitimidad de los regímenes priistas, lo que abrió las puertas a la oposición”.
El libro de historia para secundaria, que está destinado para los alumnos de segundo grado, ahonda un poco más en estos pasajes de Guerrero. El capítulo La Guerra Sucia: Guerrilla, Disidencia y Represión, en la página 194, señala que las “condiciones de pobreza y desigualdad social imperantes en Guerrero fueron el contexto en el que surgieron los dos grupos armados con mayor presencia del medio rural del país”.
Repite el origen de la lucha de Genaro contra Caballero Aburto y luego expone: “En 1972, el auto en el que Vázquez viajaba fue encontrado accidentado en una carretera de Morelia. Las autoridades señalaron este suceso como la causa de su muerte; sin embargo, otras investigaciones indican que unos militares lo sacaron del hospital al que fue trasladado tras el accidente y lo asesinaron”.
De Lucio Cabañas indica que encabezó un movimiento guerrillero en Costa Grande, pero antes participó en la lucha de los ejidatarios de Mexcaltepec “contra las empresas que realizaban una tala inmoderada, que no otorgaba beneficios a los campesinos” y también fue integrante del Partido Comunista.
En el capítulo Movimientos Sociales en Resistencia al Neoliberalismo se menciona que era presidente Ernesto Zedillo y gobernador Rubén Figueroa Alcocer, cuando el 28 de junio de 1995 se produjo la “matanza de campesinos” de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS) que se trasladaban hacia el poblado de Aguas Blancas.
El motivo era “participar en una concentración en la que pedirían la presentación con vida de uno de sus compañeros que estaban detenidos, e intentaban llegar al palacio municipal de Atoyac”. Relata que los campesinos fueron detenidos, sin ninguna justificación, por 400 “policías y agentes de la Policía Judicial del estado, al mando del mayor Manuel Moreno González”. En “el vado” fueron bajados a golpes, continúa, y tumbados en el suelo para después dispararles y fueron asesinados 17 campesinos y 23 heridos de gravedad.
Se señala que “los responsables de la matanza, es decir, los autores intelectuales que dieron la orden de asesinarlos, desde el gobierno, aún no han sido detenidos ni juzgados, ni mucho menos castigados”.
El párrafo siguiente salta a la desaparición de los 43 de Ayotzinapa, “uno de los más graves episodios violentos de la historia reciente de México. Un crimen de lesa humanidad en contra de estudiantes normalistas, en el cual tienen responsabilidad el gobierno de Enrique Peña Nieto, el Ejército mexicano y la Policía Federal”.
Los normalistas de todo el país, contextualiza, han luchado por la educación pública y es por eso que se preparaban para participar en la marcha del 2 de octubre de 2014, en Ciudad de México, y el 26 de septiembre lo hicieron “secuestrando cinco camiones”.
Desde ese momento, agrega, fueron monitoreados por el C-4 y en la noche “fueron atacados con violencia extrema, en una acción en la que, en todo momento, participaron las fuerzas armadas y la policía federal”.
Menciona que distintas investigaciones concluyen que “en esos camiones había heroína con valor de 2 millones de dólares que traficaba el cartel que controlaba Iguala”. Cuando los normalistas tomaron los camiones, el jefe del cartel se comunicó con “sus cómplices” del 27 Batallón de Infantería y las policías federal y estatal, con el propósito de recuperar la droga y asesinaron a los estudiantes para que no hubiera testigos.
El libro indica que el gobierno de Peña Nieto distorsionó pruebas, torturó a detenidos e inventó una versión falsa, para ocultar “la responsabilidad” del Ejército mexicano. Los cuerpos no han sido encontrados y “los responsables de su desaparición no han sido enjuiciados ni castigados”.
Por otra parte, el texto de pedagogía Un libro sin Recetas para la Maestra y el Maestro, fase 6 modalidad secundaria, que es el más citado por los medios en la discusión sobre las nuevas ediciones, profundiza sobre la guerrilla en México.
Encomienda a los docentes a enseñar a los alumnos este periodo histórico y desarrollar un pensamiento crítico, porque “como apuntaba Lucio Cabañas: Desgraciados los pueblos donde la juventud no haga temblar el mundo y los estudiantes se mantengan sumisos ante el tirano”.

Defiende especialista que se mencione en los libros a Genaro Vázquez y Lucio Cabañas

El investigador de la UNAM, Axel Didriksson, en la presentación del libro Ideas para continuar con la 4T, ayer en el auditorio del parque Papagayo en Acapulco Foto: Jesús Trigo

Ramón Gracida Gómez

Durante la presentación en Acapulco del libro Ideas para continuar con la 4T, el especialista en políticas de educación, Axel Didriksson Takayanagui, apoyó que en los nuevos libros de texto aparezcan las guerrillas de Genaro Vázquez y Lucio Cabañas, porque son parte de la historia y siguen estando presentes en las luchas de los guerrerenses.
El académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien escribió un capítulo sobre la transformación del sistema educativo nacional, expuso que estas guerrillas son una fuente de conocimiento y se les debe de conocer, desde una perspectiva histórica y científica.
El doctor en sociología e integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel 3, explicó que el nuevo modelo educativo parte “de que los niños aprenden de forma diferente y de acuerdo con sus contextos de estudio. No son los mismos contextos en Guerrero, en Chiapas o en el norte del país”. También se pone en el centro del aprendizaje la “interculturalidad”, agregó.
Señaló que el sexenio pasado, el presidente priista Enrique Peña Nieto impulsó un “currículum basado en competencias, en memoria, en repetición y copiando del modelo de Estados Unidos” cuando era presidente George Bush, del Partido Republicano, y lo siguió, con pocas modificaciones Barack Obama, del Partido Demócrata.
Indicó que el modelo pasado pregonaba que todos tenían que aprender lo mismo, de forma estandarizada y al mismo tiempo, y el objetivo “era pasar los exámenes”, que esto provocó las movilizaciones masivas de los maestros de la Coordinadora Nacional de Traba-jadores de la Educación (CNTE).
En cambio, los nuevos libros de texto del gobierno de Andrés Manuel López Obrador son parte de un “modelo educativo absolutamente rupturista y de transformación”, aseveró frente a unas 80 personas, la mayoría del Instituto Tecnológico de Acapulco (ITA) y la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), como el ex gobernador Rogelio Ortega Martínez.
Dijo que tal vez una reacción tan airada contra los libros de texto similar a la que se está viviendo fue cuando Jaime Torres Bodet, secretario de Educación en el gobierno de Adolfo López Mateos (1958-1964), creó precisamente la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg) y sus primeras ediciones, y los “conservadores y la derecha furibunda” impugnaron esta política.
Indicó que el nuevo modelo educativo tiene como principio general “que los procesos cognitivos se desarrollan desde la perspectiva de un pensamiento humanístico, ideológicamente crítico, por supuesto, e histórico”.
Expuso: “Imagínense que en Guerrero no aparezca la lucha de Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas, ni se menciona Ayotzinapa en los libros de texto. Es nuestra historia y su historia, ah, pero para los reaccionarios que estén los nombres de Lucio Cabañas y Genaro Vázquez Rojas representa una afrenta”.
“Qué barbaridad”, continuó Axel Didriksson, “¿qué quieren, puro Carranza y Porfirio Díaz? No, es parte de nuestra historia y sigue estando presente en las luchas de los guerrerenses, en los pueblos del país, es una fuente de conocimiento y tenemos que reconocer esa historia de una manera histórica y científica”.
El especialista en educación dijo que la pandemia retrasó la implementación del nuevo modelo educativo, además de que profundizó la “desigualdad educativa, cerca de 16 millones de niñas y niños quedaron fuera en la pandemia por la falta de conectividad, la falta de tener un instrumento que les permitiera mantenerse en sus estudios”.
El libro Ideas para continuar con la 4T es coordinado por el historiador Enrique Semo y el capítulo de Axel Didrikson se titula La transformación del sistema educativo nacional: sustentar y defender lo logrado; avanzar e innovar para profundizar un estado de bienestar e igualdad.
El evento fue organizado por el Consejo Estatal de Ciencia y Academia en Guerrero, conformado por académicos de instituciones de educación superior para apoyar la precandidatura de Claudia Scheinbaum, y asistió el diputado local de Morena, Marco Tulio Sánchez. Participó la diputada local del mismo partido, Nora Yanek Velázquez Martínez, fungió como moderadora la coordinadora de Zona Sur de la UAG, María Xóchilt Astudillo Miller, y estuvo el director del ITA, Salvador Herrera Soriano.

 

El rechazo a los libros, asunto electoral, insiste AMLO

En la imagen, el momento en que el presidente pide a las gobernadoras de Guerrero, Evelyn Salgado, y de Tlaxcala, Lorena Cuéllar, y a los de Chiapas, Oaxaca y Puebla que alzaran la mano si van a distribuirlos. Ayer también en Acapulco, el experto en educación de la UNAM, Axel Didriksson dijo que las guerrillas de Genaro Vázquez y de Lucio Cabañas son parte de la historia de México y por eso esas experiencias están incluidas en los nuevos libros. Los alumnos de cuarto año sabrán también de la masacre de Aguas Blancas y de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en Iguala. En la conferencia, la gobernadora guerrerense informó de la reconstrucción de inmuebles históricos dañados por el sismo de 2017 Foto: Comunicación Social

 

Emite SEP decreto con plan de estudios para preescolar, primaria y secundaria

Staff / Agencia Reforma

Cdmx /?Tecamac, Edomex

A menos de dos semanas del inicio del ciclo escolar 2023-2024, la Secretaría de Educación Pública (SEP) emitió un decreto con el Plan de Estudio para la Educación Preescolar, Primaria y Secundaria.
Se trata del Plan de Estudios que en 2022 fue suspendido por orden judicial y que la SEP pretendía implementar, a manera de plan piloto, en 960 escuelas públicas.
Dicho programa fue publicado el 19 de agosto de 2022 y está enfocado en combatir la sociedad patriarcal, el mercantilismo y la formación educativa para llenar perfiles laborales.
También rechaza las pruebas estandarizadas y considera la autonomía de los maestros para “contextualizar” los contenidos del currículo de acuerdo con las necesidades formativas de los estudiantes; considera además a la comunidad como el núcleo integrador de los procesos de enseñanza y aprendizaje.
“Esta propuesta considera que el papel principal del currículo es establecer las condiciones de libertad y autonomía profesional del magisterio para que, con base en él, las y los estudiantes, así como el profesorado, definan los problemas o temas centrales que consideren relevantes de abordar durante el curso.
“Que el derecho a la educación de las niñas, los niños y los adolescentes, desde el nivel de inicial hasta el de secundaria, debe darse en las mejores condiciones de equidad y excelencia, entendida ésta como el máximo logro de aprendizaje de los educandos, y que es el punto de partida de la Nueva Escuela Mexicana”, establece el decreto publicado este martes.
El decreto, firmado por titular de la SEP, Leticia Ramírez, establece que el Plan de Estudio para la Educación Preescolar, Primaria y Secundaria, y los Programas de Estudio que deriven del mismo, iniciarán su aplicación para todos los grados de la educación preescolar, primaria y secundaria en el ciclo escolar 2023-2024.
En la misma edición vespertina de este martes se publica un acuerdo que establece los Programas de Estudio para la educación preescolar, primaria y secundaria: Programas Sintéticos de las Fases 2 a 6.

“Están desesperados porque la gente quiere la transformación”, dice el presidente

El presidente Andrés Manuel López Obrador aseveró que el freno a la distribución de los libros de texto gratuitos en estados gobernados por la Oposición es político y no jurídico.
En la conferencia mañanera, el mandatario sostuvo que sus adversarios están desesperados porque “no les funciona nada” de cara al proceso electoral.
“Estamos en temporadas de elecciones y están desesperados porque la gente quiere la transformación, quieren que continúe la transformación, entonces no les funciona nada porque vaya que han recurrido a todo”, reclamó.
“Esto de los libros de texto es lo nuevo, pero antes los amparos de todo tipo y las campañas en la mayoría de los medios de manipulación, que no de información”.
El viernes pasado, el Ministro Luis María Aguilar ordenó suspender la entrega de los libros de texto gratuitos en Chihuahua.
Aguilar concedió una suspensión a la Consejería Jurídica del Gobierno del Estado tras admitir la controversia constitucional que promovió en contra de la SEP. Esto, por aparentes violaciones a los procedimientos en la aprobación de los contenidos de los libros para nivel básico.
Un día antes, la Jueza Décima de Distrito de Chihuahua, Madhay Soto Morales, también suspendió temporalmente la distribución de los libros de texto en la entidad.
“Tiene que ver mucho con el conservadurismo, ¿por qué vincular la educación con esto, con la politiquería?”, cuestionó.
“Vamos a continuar. No pasa nada mientras la gente esté consciente de lo que está sucediendo. Todos ellos deberían actuar de manera responsable”.
¿El Gobierno federal va combatir ese amparo?, se le cuestionó.
“Sí, sí, se está haciendo un trámite, pero no es un asunto jurídico es un asunto político”, sentenció el presidente.
López Obrador confirmó que, tras la decisión del Ministro Aguilar, que no es definitiva, el Gobierno no va repartir los libros y cuestionó qué van a hacer los estados que han frenado la distribución.
Defenderá los libros de la SEP “hasta con el tuétano”: Adán López

Por segundo día consecutivo, el aspirante presidencial morenista, Adán Augusto López, defendió los libros de texto gratuitos.
En una asamblea informativa en el municipio mexiquense de Tecámac, el tabasqueño acusó que los conservadores quieren censurarlos.
El ex secretario de Gobernación, quien también hizo proselitismo en Coacalco y Atizapán de Zaragoza, dijo que el próximo año se realizará la transformación del Poder Judicial de la Federación y de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
“Ya basta de un México de tanta injusticia, hoy en México la justicia se vende al mejor postor, al que tiene para pagarla, esa ha sido la historia de nuestro país a lo largo de los años, ahí andan los delincuentes de cuello blanco paseándose porque saben que con su dinero compran la justicia”, acusó.

Libros de la SEP se entregarán en Cdmx desde el 28 de agosto, informa Martí Batres

A partir del 28 de agosto serán entregados los libros de texto en las escuelas de la Ciudad de México, expuso este martes el Jefe de Gobierno, Martí Batres. “Se va a entregar a todas las niñas y los niños porque es su derecho contar con sus libros de texto gratuitos”, indicó.

Teme por su integridad física la diputada morenista que rechaza los libros de texto

Claudia Salazar / Agencia Reforma

Ciudad de México

La diputada de Morena, Adela Ramos, expresó que teme por su integridad física, luego de que manifestó su rechazo a los libros de texto gratuitos y exigió que no se distribuyeran.
También pidió que sea auditado el proceso de su elaboración y criticó la “posición irreflexiva” del Gobierno con el tema.
Tras una conferencia de prensa en la Cámara de Diputados, la diputada del distrito 2 de Chiapas agradeció en redes el apoyo recibido por expresar su posición, al opinar que los libros dañan derechos de los niños por el contenido dogmático de los mismos.
“Estoy consciente del riesgo que pueda tener mi integridad física y moral, pero ante todo, está mi lealtad a México. Estoy muy agradecida por su solidaridad y por sus comentarios en apoyo al tema que estamos defendiendo. Estoy para serviles, porque mi patrón es el pueblo”, manifestó Ramos en un mensaje.
El coordinador de los diputados de Morena, Ignacio Mier, manifestó que la posición de Adela Ramos no es la voz de Morena ni del grupo parlamentario.
“Es apenas la voz de una de nuestras compañeras, que respetamos. No coincido con ella ni en lo técnico ni en lo pedagógico y menos en la auditoría al proceso”, manifestó Mier.
Aseguró que hubo una consulta y que esa es la auditoria al proceso, por la participación de 15 mil 900 indígenas y afromexicanos en la elaboración de los libros.
“Ella representa un distrito indígena, pero la voz de los indígenas fue escuchada en los foros que se desarrollaron y con la voz de los 128 especialistas, más las 32 reuniones que se tuvieron en cada uno de los estados de la República con la participación de maestros, de investigadores, de técnicos especialistas en materia técnico-pedagógica”, aseguró Mier.

 

Abordan los nuevos libros de texto la represión en Guerrero en años recientes

Desde el cuarto grado los niños sabrán sobre Genaro Vázquez y Lucio Cabañas, el asesinato de campesinos en Aguas Blancas y también van a conocer sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en Iguala

Ramón Gracida Gómez

A partir de cuarto año de primaria, los niños del país van a leer en sus libros de texto gratuitos distintos pasajes de la historia reciente de Guerrero, por ejemplo, que Genaro Vázquez y Lucio Cabañas lucharon por las demandas de los campesinos y la participación democrática en las urnas y debido al fraude electoral optaron por “tomar las armas”.
También se asegura que el asesinato de campesinos en Aguas Blancas hizo “perder aún más la legitimidad” del régimen priista.
En segundo de secundaria van a repasar más detalles sobre las guerrillas de los años de 1960 y 1970, así como la matanza de 1995. También van a estudiar sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, donde aparecen como responsables el gobierno de Enrique Peña Nieto, el Ejército mexicano y la Policía Federal.
La versión electrónica de los libros puede ser consultada en la página de internet de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg), entre ellos, se encuentra Nuestros saberes México, Grandeza y Diversidad, que es el libro de historia para los alumnos de cuarto a sexto de primaria.
Uno de sus últimos capítulos se titula La Estabilidad Política Avances y Conflictos, en el que se relata que en el gobierno de Adolfo López Mateos (1958-1964), “se dieron movimientos por una participación política plural”.
De Guerrero se dice que “un movimiento popular, en el que participaron estudiantes, comerciantes y amas de casa, derrocó en 1960 al represivo gobernador Raúl Caballero Aburto. Un grupo de jóvenes, encabezados por Genaro Vázquez, Lucio Cabañas y algunos políticos locales, formaron la Asociación Cívica Guerrerense, que luchó por las demandas de los campesinos y la participación democrática en las urnas, para elegir gobiernos populares en los municipios”.
Continúa: “Sin embargo, frente al fraude electoral, frustrada la lucha cívica y agotada las instancias políticas, transformaron la organización en la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria y optaron por tomar las armas”.
El siguiente capítulo es Crisis del Régimen y Desprestigio del Gobierno y se destaca en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) el asesinato, además de Luis Donaldo Colosio, del ex gobernador de Guerrero, José Francisco Ruiz Massieu.
Luego se cuenta que el “asesinato de campesinos en Aguas Blancas, municipio de Coyuca de Benítez, Guerrero, en 1995 y la matanza de Acteal, municipio de Chenalhó, Chiapas en 1997, hicieron perder aún más la legitimidad de los regímenes priistas, lo que abrió las puertas a la oposición”.
El libro de historia para secundaria, que está destinado para los alumnos de segundo grado, ahonda un poco más en estos pasajes de Guerrero. El capítulo La Guerra Sucia: Guerrilla, Disidencia y Represión, en la página 194, señala que las “condiciones de pobreza y desigualdad social imperantes en Guerrero fueron el contexto en el que surgieron los dos grupos armados con mayor presencia del medio rural del país”.
Repite el origen de la lucha de Genaro contra Caballero Aburto y luego expone: “En 1972, el auto en el que Vázquez viajaba fue encontrado accidentado en una carretera de Morelia. Las autoridades señalaron este suceso como la causa de su muerte; sin embargo, otras investigaciones indican que unos militares lo sacaron del hospital al que fue trasladado tras el accidente y lo asesinaron”.
De Lucio Cabañas indica que encabezó un movimiento guerrillero en Costa Grande, pero antes participó en la lucha de los ejidatarios de Mexcaltepec “contra las empresas que realizaban una tala inmoderada, que no otorgaba beneficios a los campesinos” y también fue integrante del Partido Comunista.
En el capítulo Movimientos Sociales en Resistencia al Neoliberalismo se menciona que era presidente Ernesto Zedillo y gobernador Rubén Figueroa Alcocer, cuando el 28 de junio de 1995 se produjo la “matanza de campesinos” de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS) que se trasladaban hacia el poblado de Aguas Blancas.
El motivo era “participar en una concentración en la que pedirían la presentación con vida de uno de sus compañeros que estaban detenidos, e intentaban llegar al palacio municipal de Atoyac”. Relata que los campesinos fueron detenidos, sin ninguna justificación, por 400 “policías y agentes de la Policía Judicial del estado, al mando del mayor Manuel Moreno González”. En “el vado” fueron bajados a golpes, continúa, y tumbados en el suelo para después dispararles y fueron asesinados 17 campesinos y 23 heridos de gravedad.
Se señala que “los responsables de la matanza, es decir, los autores intelectuales que dieron la orden de asesinarlos, desde el gobierno, aún no han sido detenidos ni juzgados, ni mucho menos castigados”.
El párrafo siguiente salta a la desaparición de los 43 de Ayotzinapa, “uno de los más graves episodios violentos de la historia reciente de México. Un crimen de lesa humanidad en contra de estudiantes normalistas, en el cual tienen responsabilidad el gobierno de Enrique Peña Nieto, el Ejército mexicano y la Policía Federal”.
Los normalistas de todo el país, contextualiza, han luchado por la educación pública y es por eso que se preparaban para participar en la marcha del 2 de octubre de 2014, en Ciudad de México, y el 26 de septiembre lo hicieron “secuestrando cinco camiones”.
Desde ese momento, agrega, fueron monitoreados por el C-4 y en la noche “fueron atacados con violencia extrema, en una acción en la que, en todo momento, participaron las fuerzas armadas y la policía federal”.
Menciona que distintas investigaciones concluyen que “en esos camiones había heroína con valor de 2 millones de dólares que traficaba el cartel que controlaba Iguala”. Cuando los normalistas tomaron los camiones, el jefe del cartel se comunicó con “sus cómplices” del 27 Batallón de Infantería y las policías federal y estatal, con el propósito de recuperar la droga y asesinaron a los estudiantes para que no hubiera testigos.
El libro indica que el gobierno de Peña Nieto distorsionó pruebas, torturó a detenidos e inventó una versión falsa, para ocultar “la responsabilidad” del Ejército mexicano. Los cuerpos no han sido encontrados y “los responsables de su desaparición no han sido enjuiciados ni castigados”.
Por otra parte, el texto de pedagogía Un libro sin Recetas para la Maestra y el Maestro, fase 6 modalidad secundaria, que es el más citado por los medios en la discusión sobre las nuevas ediciones, profundiza sobre la guerrilla en México.
Encomienda a los docentes a enseñar a los alumnos este periodo histórico y desarrollar un pensamiento crítico, porque “como apuntaba Lucio Cabañas: Desgraciados los pueblos donde la juventud no haga temblar el mundo y los estudiantes se mantengan sumisos ante el tirano”.

Los Santiago Dionicio, una familia de Atoyac perseguida por su apoyo a Lucio Cabañas

María de los Ángeles Santiago Dionicio, hermana del ya fallecido ex guerrillero, ex diputado y ex presidente estatal del PRD Octaviano Santiago en la entrevista para el El Sur Foto: Zacarías Cervantes

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

La familia Santiago Dionicio de Atoyac se incorporó al movimiento de Lucio Cabañas, primero por las condiciones de pobreza extrema que padecieron, después por el discurso del guerrillero que convenció sobre todo a Octaviano, quien junto con su hermana María de los Ángeles Santiago Dionicio fueron testigos de la represión del 18 de mayo de 1967 en la plaza de esa ciudad, episodio que motivó al guerrillero a tomar las armas y a remontarse en la sierra.
En entrevista, la hermana de Octaviano declaró que la simpatía y la participación de su familia en el movimiento de Lucio Cabañas, de quien este 2 de diciembre se cumplen 48 años de su asesinato, desencadenaron una de las represiones más crueles en contra de algunos de sus hermanos.
Los episodios los recordó entre sollozos, pero dijo que “valió la pena”, a pesar de que cuando menos dos de ellos; Octaviano y Francisco, murieron por enfermedades derivadas de las secuelas por las torturas físicas y sicológicas.
La maestra María de los Ángeles es una de las mayores de la familia Santiago Dionicio, y junto con Octaviano, miembro de la guerrilla de Lucio Cabañas, a la postre dirigente y fundador del PRD y diputado local, se ganaban la vida vendiendo chicozapotes que les regalaban sus tías en las ferias de los pueblos de Atoyac y la más famosa, la de San Bartolo, de Tecpan.
Contó que eran seis hermanos y frecuentemente se dormían en el suelo sin cenar, a veces, incluso, sin comer; “vivimos la peor pobreza y miseria que te puedas imaginar”, dijo la maestra en un receso de un taller para profesores en el que participaba el miércoles en el Museo Interactivo la Avispa de Chilpancingo.
María de Los Ángeles recordó que Octaviano, cuando tendría unos 10 años y ella unos ocho, le exigía a su madre, doña Juana Dionicio, que comprara bolillos en vez de panes porque eran más chicos y sus hermanos no se llevaban.
“Inicialmente la pobreza y el hambre nos motivó a entrar a la lucha de Lucio. Después se vino y fuimos testigos de la represión del 18 de mayo de 1967 en Atoyac”, contó María de los Ángeles, quien entonces tenía 13 años y estudiaba el sexto año en la primaria Juan Álvarez.
Como presidenta del Comité de Alumnos le tocó organizar el festejo del Día del Maestro, que sería ese mismo 18 de mayo, pero que suspendió por la masacre.
En su escuela había un movimiento en contra de la corrupción de la dirección que cobrara tres pesos al mes por cada alumno y los obligaban a llevar uniformes y al que no, lo regresaban.
“Imagínate, nosotros éramos seis hermanos, a dónde íbamos a traer tanto dinero, por eso estábamos en contra de la directora y a favor del movimiento al que fue invitado Lucio Cabañas a pesar de que este era maestro de la escuela Modesto Alarcón”.
María de los Ángeles contó que ese 18 de mayo, reunió a sus compañeros para que le ayudaran a organizar el festejo a los maestros y desde temprano, cuando iba a la escuela y pasó por el Zócalo, vio a muchos policías “motorizados”.
Después del mediodía las madres llegaron a la escuela Juan Álvarez con el mole, el estofado y el arroz para la comida de los maestros, y ella cuando fue por el aparato de sonido para el programa vio a Lucio que estaba en el Zócalo micrófono en mano, convocando al mitin de los padres de familia en contra de la directora de la escuela Juan Álvarez.
Dijo que pasó a hablar con él porque su profesor le pidió que lo invitara al convivio más tarde.
“El aceptó agarrándome la cabeza cariñosamente y me pidió que le avisara cuando ya estuviera empezando el festejo”, y ella se comprometió a que irían a traerlo.
Pero de regreso, cuando pasaban con las bocinas con otra de sus compañeras, “se soltó la balacera”, y corrieron a meterse a una casa cercana desde donde vieron cuando a Lucio se lo llevaron a esconder a unas fondas cerca del Zócalo donde él comía “y lo querían mucho, fue por eso que salió con vida”.
Aseguró que antes de que ella y su amiga llegaran al Zócalo cargando las bocinas, había escuchado que Lucio arengaba: “’no vamos a caer en provocación, vamos a hacer las cosas por la vía pacífica’. Yo pienso que él nunca pensó que iba a tomar las armas ese día que salvó la vida de milagro”.
Recordó que antes de que alguien la escondiera en una casa vecina vio a algunos de los muertos, entre ellos a doña Isabel, una señora embarazada que ya andaba en días para aliviarse.
Dijo que observó a la mujer ya sin vida y todavía el bebé “meneándosele” en el vientre, “todo eso lo cargo en mi mente como si hubiera sido ayer”.
Indicó que entonces su hermano Octaviano tendría 15 años, “y le dio tanto coraje” que a partir de entonces se sumó al movimiento de Lucio repartiendo volantes.
A esa edad lo detuvo por primera vez el Ejército por repartir propaganda, “esa sería la primera de 14 veces que estuvo preso a lo largo de su vida”.
La segunda vez fue a los 17 años cuando estudiaba la preparatoria en Chilpancingo.
Después, María de los Ángeles perdió la noción de los años en que su hermano fue detenido. Sólo recuerda que una vez ella estaba presente cuando le fueron a avisar a su mamá Juana que los soldados se llevaban detenido a Octaviano.
Explicó que entonces recientemente había habido el corte del café y su madre tenia algo de dinero, y pagaron un taxi para seguir a los militares a una casa particular donde tenían su cuartel.
Vio que a Octaviano lo llevaban vestido de militar y que alcanzó a decirles adiós con las manos, pero cuando llegaron al cuartel les negaron que lo tuvieran detenido, pero su madre les gritó: “Yo no me muevo de aquí porque aquí lo tienen, y me voy hasta que me lo entreguen”.
Agregó que los militares aseguraban que no tenían a ningún Octaviano, hasta que lo vieron salir al baño y su madre le gritó a un general: “No que no lo tienen, ahí va, entró al baño y me lo van a entregar”.
Enseguida el general llamó a Octaviano y le preguntó que por qué andaba repartiendo propaganda de la guerrilla y el joven le respondió que eso no era delito.
El militar le dijo que Rubén Figueroa (entonces senador), le ofrecía un cargo pero que dejara el movimiento de Lucio, y Octaviano le respondió: “’no me miente la madre general’, no aceptó, ‘si me van a matar, mátenme de una vez’”.
El general a regañadientes le dijo a su madre: “¿Ya ve señora?”, sin embargo, se los entregaron después.
María de los Ángeles explicó que cuando salían, su hermano les contó que vio adentro al comisariado de la comunidad de San Martín, Julio Hernández, y que lo oyó quejarse muchas veces por las torturas, “yo creo que ya está muerto porque no se oyen los quejidos”.
En ese momento llegó la esposa del comisariado acompañado por un taxista, hermano del comisariado.
La esposa llegó reprochando que hayan detenido a su marido después de que les mató un marrano para que comieran y les bajó cocos.
Dijo que minutos después la esposa del comisariado y el hermano de este se enterarían de que Julio Hernández ya estaba muerto en la funeraria Manzanares, a consecuencia de la tortura que recibió de los soldados.
“Fue una cosa triste y dolorosa, lo mataron con picahielo, le dieron piquetes en la cara, en la panza, le rajaron los pies. Eso acabó de indignar a Octaviano”, narró.
Explicó que a partir de entonces se comenzaron a reunir a escondidas con la gente de Lucio y su casa permanentemente estaba sitiada por militares. “ya para entonces decían que éramos guerrilleros”.
Otra vez que detuvieron a Octaviano fue cuando estaba estudiando la preparatoria en Chilpancingo. Antes, detuvieron y saquearon la casa de su hermana Rosario quien era la mayor y vivía en Acapulco, para que lo entregara.
Rosario estaba recién aliviada y la tuvieron vigilada en la cárcel de Acapulco tres días con sus noches, siempre apuntándole con pistola.
Días después les contó que escuchaba los clamores de los detenidos en otras celdas que decían: “ya no me pegue” y los militares respondían, “hínquese”.
Rosario les dijo que a veces escuchaba también los llantos de otros detenidos implorando: “Ya no me pegue”.
María de los Ángeles contó que en otra ocasión, Octaviano le pidió que le llevara una carta a Carmelo Cortez, otro miembro de la guerrilla de Lucio que estaba preso en la cárcel de Chilpancingo y cuando estaba parada en la reja con una compañera de la Preparatoria, la llamó un general de apellido Tijerina quien le dijo: “Tú qué andas haciendo aquí pinche vieja hija de la chingada, los amigos se ven en la cárcel y en la cama y tu eres amante de este cabrón, eres de lo peor”.
–Yo soy estudiante, no me ofenda, soy una señorita –respondió la hermana de Octaviano.
–A ver, ¿de dónde eres?
–De Atoyac.
–¿Y con cuantos guerrilleros te revolcaste?
Dijo que esa vez la tuvieron detenida tres horas haciéndole esos señalamientos hasta que fue el papá de su amiga que era abogado.
Denunció que otro de sus hermanos, Francisco, quien no participó de manera directa en el movimiento de Lucio Cabañas, también fue perseguido con intenciones de detenerlo y por ese motivo dejó la Escuela Superior de Agricultura (ESA) de Iguala.
“Se vino de Iguala a Chilpancingo y una vez cuando caminaba acompañado de uno de sus amigos se le acercó un policía judicial y le preguntó a su compañero: “¿Tú eres Francisco? y en vez de agarrar a su hermano se llevaron a su acompañante”.
Informó que Francisco anduvo huyendo varios años “y fue tanto el temor que cargaba que al final sufría de delirios hasta que murió, siempre con el temor de que sería detenido y a los militares que de niño tenían sitiada su casa”.
Otra de las detenciones que sufrió Octaviano, recordó que fue en 1975 en Querétaro, acusado del homicidio de un tal Obdulio, que no cometió, pero que se culpó por la tortura que ya no aguantaba.
Octaviano le contó a su hermana que “le rajaron sus testículos” y que las golpizas eran tan crueles que un día se hincó e imploró: “Dios, si deberás existes que ya no me torturen, y si no, que me maten de una vez”.
Agregó que dos días después le habló el procurador quien le preguntó: “qué prefieres que le avisemos a tu familia o una conferencia de prensa”.
Dijo que él pidió la conferencia de prensa en la que se culpó del homicidio y a cambio pidió que lo trasladaran a Acapulco donde negó todo y denunció que se culpó por las torturas.
“Lo que nos da gusto que el gobierno no cumplió su objetivo de asesinarlo”, aunque dijo que Octaviano murió (el 9 de agosto del 2012 a los 61 años) por padecimientos causados por las secuelas de las torturas, murió de neumonía y complicaciones en los riñones.
Octaviano murió en el Hospital del Seguro Social de Acapulco y horas antes de que falleciera, María de los Ángeles lo vio pensativo y le preguntó: ¿en qué piensas?, aquél le respondió: “En que como pude aguantar tantas chingas que me dio el gobierno”.
María de los Ángeles explicó que fue tanta su devoción por Lucio Cabañas que cuando estudiaba el sexto año en la escuela Juan Álvarez en contra de la voluntad de su madre se cambió a la Modesto Alarcón, donde daba clases Lucio.
“Se hicieron grandes amigos con Lucio quien le enseñó a tocar guitarra”, contó le hermana del ex miembro de la guerrilla de Lucio.
Dijo que comenzó a gustarle sus discursos desde cuando Octaviano acompañaba a su madre al Ejido el Porvenir Limón, donde nació Lucio y su madre tenía una huerta de café y el comisariado invitaba a reuniones en las que Lucio daba platicas a los ejidatarios.
Por Lucio, Octaviano entró después al Partido Comunista que lo envió a la URSS cuando apenas tenía 16 años y se libraba la guerra de Vietnam. Esa vez, dijo su hermana “se fue a preparar políticamente”.
La hermana de Octaviano informó que durante los días de mayor persecución a su familia, la madre abandonó Atoyac y se vino a vivir a Chilpancingo y vendió sus huertas de café que era el único patrimonio que tenía.
A más de 50 años, María de los Ángeles dijo que a pesar de la represión “no nos rajamos, seguimos firmes mi familia y yo. Nos costó caro, no fue fácil pero valió la pena”.
Para María de los Ángeles la guerrilla de Lucio Cabañas en la que se fletó su familia coadyuvó para que llegara a la presidencia Andrés Manuel López Obrador, “y para ello tuvieron que pasar cosas muy dolorosas como las que vivimos”.

Urgen reparación del daño y justicia a víctimas de Atoyac en aniversario luctuoso de Lucio Cabañas

Activistas de Atoyac en el aniversario luctuoso de Lucio Cabañas demandaron al gobierno federal la reparación urgente del daño y justicia para los desaparecidos y desplazados por el combate a la guerrilla Foto: Francisco Magaña

En el 47 aniversario luctuoso de Lucio Cabañas Barrientos, activistas pidieron a las instancias federales la reparación urgente del daño y justicia para los desaparecidos y desplazados que generó la autoridad en el combate de la guerrilla.
Miembros del Colectivo de Comunidades y Ejidos de Derechos Humanos de Desaparecidos de la Guerra Sucia en el municipio de Atoyac conmemoraron el aniversario luctuoso en el obelisco del Zócalo, donde depositaron una ofrenda floral.
Pidieron que se atienda su pliego petitorio, principalmente de la reparación del daño.
Señalaron que muchos de los familiares y víctimas se encuentran enfermos y otros ya fallecieron sin que hayan podido lograr que se cristalice la justicia por la represión que vivieron.
También demandan que se incluyan más pueblos y víctimas para la relación de los afectados por la represión, que no quede en la impunidad y se diga la verdad de sus desaparecidos.
Posteriormente se trasladaron a una reunión con la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas para expresar sus demandas entre las que destacaron una oficina en la ciudad de la Comisión de la Verdad porque Atoyac es el municipio con más casos y muchos de los agraviados son adultos mayores y enfermos. (Francisco Magaña / Atoyac).

Van a El Otatal a 46 años de la muerte de Lucio Cabañas, organizaciones y la hija del guerrillero

Activistas en El Otatal en la sierra de Tecpan, donde hace 46 años murió en un enfrentamiento con el Ejército el dirigente del Partido de los Pobres, Lucio Cabañas Foto: Francisco Magaña

Como un lugar histórico coincidieron en calificar oradores a El Otatal en la sierra de Tecpan, donde hace 46 años murieron en enfrentamiento con el Ejército el dirigente del Partido de los Pobres Lucio Cabañas, y los guerrilleros Lino Rosas y Esteban Mesino; a los dos últimos los bajaron pobladores del lugar y los sepultaron en Guayabillo.
En caravana integrada por organizaciones sociales, la hija del guerrillero Micaela Cabañas Ayala subió al lugar para colocar una cruz en la roca ubicada junto a un arroyo donde murió abatido el profesor rural.
La cruz fue donada por habitantes de Cuapango en la sierra de Chilpancingo los mismos que hicieron la cruz del luchador social Pablo Sandoval Cruz.
En el lugar se hizo el levantamiento de la sombra con un breve rosario como es la costumbre en la región de Costa Grande.
La ceremonia comenzó con la bienvenida que hizo la vicepresidenta de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (Afadem) Tita Radilla Martínez.
La defensora de los derechos humanos dijo que aún cuando fue maratónica la llegada al lugar, deberían sentirse orgullosos por haber llegado a un lugar por su propio sentimiento donde murieron tres guerrilleros dos que estuvieron con Lucio Cabañas y no lo abandonaron hasta el último momento.
Dijo que es triste que se puedan ver estos actos “deberíamos vernos en cada momento y cada batalla de cada uno para apoyarnos”.
Dijo que cayeron los guerrilleros pero también sus familiares, quienes buscan hasta la fecha porque siguen miles de personas desaparecidas y asesinadas por los gobiernos de ayer y los de hoy que no apoyan a las familias para encontrar a sus desaparecidos.
El representante de los padres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos señaló que Lucio es un ejemplo de la lucha verdadera y digna que se debe de seguir.
Dijo que el día es histórico por estar en el lugar donde murió y a 46 años las cosas no han cambiado donde sigue represión a defensores de derechos humanos, campesinos sin libertad de expresión y siguen criminalizando a quienes se organizan.
Exhortó seguir los ideales de Lucio Cabañas, aún cuando fue abatido por militares y pese a la campaña de despretigio como lo hacen hoy con los alumnos de Ayoitzinapa.
Alertó que vienen campañas electorales pero dijo que eso no va a detener la lucha por los 43 desaparecios.
Norma Mesino de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS) declaró que se siguen perdiendo luchadores sociales asesinados.
Dijo que el aniversario es para honrar la lucha de Lucio Cabañas y seguirán reconociéndola, aunque hayan sido reprimidos los que exigen justicia.
Señaló que no ven cambio ni justicia con el nuevo gobierno.
Micaela Cabañas agradeció que la acompañaran en un evento importante para ella y que hayan llegado con sus propios. (Francisco Magaña / Tecpan).

 

Se reúnen la CEAV y la CNDH con víctimas en El Quemado, Atoyac, para la reparación de daños

La Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) se reunió en la localidad de El Quemado, en la sierra del municipio de Atoyac, con familiares y sobrevivientes de violaciones a los derechos humanos del gobierno cuando combatía la guerrilla de Lucio Cabañas en la década de 1970, época conocida como de terrorismo de Estado.
Informó de los adelantos que hay en cuanto al proceso de reparación del daño para los familiares y víctimas.
A la localidad acudieron médicos que llevaron atención gratuita y un módulo del Registro Civil para registros de nacimientos y matrimonios.
La reunión fue asistida por el dirigente social y defensor de derechos humanos Arturo García Jiménez.
De la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) fue Edmundo Estefan Fuentes y de la CEAV estuvo Silvano Cantú, quienes se reunieron con los sobrevivientes en la comisaría del lugar donde detallaron información y aclararon dudas a los afectados de la también llamada época de la guerra sucia.
Edmundo Estefan dijo que lo ocurrido en El Quemado forma parte de la historia contemporánea del país, que le están dando seguimiento a la recomendación 26/2001 y quieren que esta historia llegue a su fin.
Silvano Cantú dijo que han llevado a cabo 10 brigadas en El Quemado, y resaltó la contribución de la agrupación Guerrero es Primero.
Agradeció que la CNDH los haya convocado a esta reunión informativa y agregó que hay avances importantes en registro nacional de víctimas están cerca de tener cubierto el 80 por ciento, lo que sigue es cerrar las resoluciones y pasar a la reparación del daño.
Dijo que de los 82 casos de violaciones a los derechos humanos de El Quemado, 69 están inscritos en el Registro Nacional de Víctimas (Renavi), y que esta reunión era para evitar rumores y malos entendidos.
Abundó que el 79 por ciento de las desapariciones que se dieron en todo el país en el periodo del terrorismo de Estado son de Atoyac.
Para la reparación del daño la CEAV está juntando las listas de la CNDH, la fiscalía especial y la Comisión de la Verdad para hacer un mapeo y ubicarlos en su lugar de origen.
La investigación histórica fue hecha por la Comisión de la Verdad, por eso no se les pidieron más pruebas.
Destacó que no se necesita más investigación. Informó que para la reparación se seguirán los estándares internacionales de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (Coidh), con base en la resolución del caso Rosendo Radilla Pacheco.
Con este hecho la reparación del daño para la gente de El Quemado está muy cerca, afirmó. (Francisco Magaña / Atoyac).