A siete años de la sentencia del caso Radilla el Estado protege al Ejército, denuncia la Afadem

A siete años de la sentencia del caso Rosendo Radilla vs el Estado mexicano dictada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Coidh), el gobierno sigue protegiendo al Ejército, pues no reformó como debería el artículo 47 sobre el fuero militar.
En conferencia de prensa en sus oficinas en la ciudad de los servicios de Atoyac la Asociación de Familiares Detenidos Desaparecidos y Víctimas de Violaciones a los Derechos Humanos en México (Afadem), en voz de su vicepresidenta Tita Radilla Martínez denunció que la desaparición forzada siga siendo una práctica en la actualidad.
Recordó que existe el antecedente de más de 500 desaparecidos durante la guerra sucia y de cientos de familias desplazadas por militares, que hoy demandan la reparación integral del daño.
Radilla Martínez, hija del campesino Atoyaquense Rosendo Radilla Pacheco, detenido-desaparecido por militares, manifestó que desaparición forzada ha sido una práctica del Estado mexicano para eliminar a los que considera sus enemigos “principalmente a quienes se organizan para exigir sus demandas económicas, políticas y sociales”.
Reseñó que fue así como a finales de la década de 1960 cientos de jóvenes se organizaron y tomaron las armas para luchar por la justicia, trabajo y educación después de ver cerradas las opciones democráticas.
Indico que después de años de “pedir, exigir a las autoridades correspondientes el esclarecimiento de estos lamentables hechos la Afadem, la Confederación Mexicana de Defensa por los Derechos Humanos y la familia Radilla decidimos llevar a instancias internacionales el caso de Rosendo Radilla Pacheco detenido-desaparecido por el Ejército mexicano el 25 de agosto de 1974 junto con cientos de personas que también corrieron con la misma suerte”.
Abundó que a siete años de emitida la histórica sentencia contra el Estado mexicano no ha habido cumplimiento en los puntos principales, como la investigación, búsqueda y reparación.
Demandó que se cumplan las modificaciones constitucionales ordenadas por la Corte Interamericana, además de que se investigue con carácter científico para dar con la ubicación de Rosendo Radilla y de todos los desaparecidos en México.
Agregó que la reparación integral del daño para todos los familiares de los detenidos desaparecidos es procurando verdad, justicia y garantías de no repetición.
Insistió en que “desafortunadamente el Ejército ha gozado de impunidad, la autoridad siempre lo ha protegido no se ha podido llegar, hubo precisamente por la sentencia una reforma al artículo 47 constitucional para la acotación del fuero militar que no se dio como debería de darse, como lo ordenó la Corte”.
Lamentó que se hizo una modificación que es insuficiente, ya que los militares que hayan tenido participación en violación a los derechos humanos con civiles “van a determinar si el fuero civil o militar será quien lo vea”.
Abundó que parte de la lucha constante es que sean los militares que estuvieron en las acciones de “terrorismo de Estado” los que digan qué pasó con todos los desaparecidos, ya que no se trata sólo del caso de Rosendo Radilla, sino que son cientos los que están luchando.
El secretario ejecutivo de la Afadem, Julio Mata mencionó que los organismos internacionales son los que han estado exigiendo justicia en los casos de violaciones de derecho humanos en México, como el caso de los 43 normalistas que el Estado se niega a reconocer que es una desaparición forzada.
Dijo que el Estado mexicano nunca ha hecho una investigación real, “simula ante la comunidad internacional que investiga y lleva el proceso, es bien sabido que firma y ratifica tratados internacionales pero les pone candados y declaraciones interpretativas para que no se cumpla”.
Uno de esos tratados fue el de la Convención Internacional sobre Desaparición Forzada que no ha ratificado el comité de seguimiento, “igualmente está la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada que tiene una reserva y declaración interpretativa que afortunadamente en el caso Radilla, esas se echaron abajo y la Corte determinó que no funcionaban esos candados como los querían aplicar en México”.
Indico que si no es por la presión internacional al interior del país no pasa nada, pero en el caso Rosendo Radilla ya no lo pudo negar el Ejército ni el Estado mexicano que lo reconoció, “pero aún así no hacen la investigación, deberían de estar citando a militares a declarar y decir ‘nosotros los tenemos’ porque igual a todos los bajaron de la sierra y trajeron a lo que es hoy la Ciudad de los Servicios, ellos saben donde los tienen”.
Reprochó el Ministerio Público no tenga la capacidad para obligar al Estado mexicano, que no quiere que se sepa la verdad porque los criminales son sus agentes militares.
Agregó que hay varios casos donde militares se han inmiscuido en casos de civiles como Rosenda Cantú y las jóvenes que fueron violadas por soldados, “pero no se ha hecho nada, los están protegiendo, es un contubernio de impunidad y actitud criminal del Ejército en contra de la población, no hay voluntad política para que se conozca la verdad”.
Señalo que los mismos militares que han sido responsables de desapariciones “hoy están reciclados en diferentes instituciones, grupos paramilitares, grupos de policías bancarios e incluso después del Ejército mexicano se convirtieron en Zetas, y ahora después son muchos de ellos los que están desapareciendo, masacrando y desmembrado”.

Marchan 300 vecinos de Tierra Colorada; piden que la UPOEG respete el territorio donde está el FUSDEG

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Unos 300 vecinos de Tierra Colorada, la cabecera municipal de Juan R. Escudero, marcharon por la carretera hacia el Ayuntamiento para exigir a los gobiernos estatal y federal que intervengan para destrabar el conflicto que hay entre el Frente Unido para la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG) y la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), que ha provocado enfrentamientos y muertes de personas inocentes.
Los manifestantes que portaban globos blancos y algunos playeras blancas, pidieron al líder de la UPOEG, Bruno Plácido Valerio, que respete el territorio donde tiene presencia el FUSDEG porque los pobladores están de acuerdo con el sistema de seguridad que se ha establecido en el municipio desde hace cuatro años después de dividirse de la Policía Ciudadana.
A las 12 del día, el contingente se congregó en el crucero de Ayutla, ubicado a la salida de Tierra Colorada con dirección a la Autopista el Sol, y caminó por la carretera federal México-Acapulco hasta llegar al Ayuntamiento, donde realizó un mitin.
Los manifestantes inconformes portaban pancartas y lonas en las que se leía: “Gracias FUSDEG por cuidar nuestras familias y las comunidades”, “Los niños salimos a jugar sin miedo, gracias FUSDEG”, “Macha por la paz, los ciudadanos de Juan R Escudero rechazamos los hechos de violencia y derramamiento de sangre, exigimos la intervención inmediata de los tres niveles de gobierno para restablecer el orden y paz. Los hacemos responsables de la consecuencias que se originaron por la omisión ante actos que agravian a la sociedad”.
Una integrante del FUSDEG, quien se reservó su nombre, dijo que han recibido amenazas de la UPOEG que pretende entrar al territorio de la organización comunitaria que tiene presencia en Tierra Colorada durante cuatro años, que la Policía Comunitaria mantiene la guardia las 24 horas para evitar una irrupción de civiles armados para evitar muertes inocentes.
Señaló que después de que los policías ciudadanos que pertenecen a la UPOEG tomaran el control de la base comunitaria de El Ocotito, 70 familias han sido desplazadas de esta comunidad que pertenece al municipio de Chilpancingo y se refugiaron en Tierra Colorada porque recibieron amenazas de muerte porque apoyan a la organización comunitaria.
Pidió al líder de la UPOEG, Bruno Plácido Valerio, que preste atención a los municipios de la Costa Chica donde tiene presencia la Policía Ciudadana, “porque hay toque de queda, abigeato, secuestros, robos, extorsiones y asesinatos, que no venga a Tierra Colorada con el argumento que no hay seguridad, hay datos de que durante cuatro años no ha habido estos delitos aquí”.

Los comunitarios del FUSDEG se van a matar con cualquiera que entre armado a Tierra Colorada

Los policías comunitarios dijeron que se van a matar con cualquiera que entre armado aquí que no sea policía comunitario, no importa la camiseta y territorio, expresó un integrante del FUSDEG.
Comentó que a pesar de las amenazas que han recibido los coordinadores, consejeros y comandantes de la organización comunitaria, no han desertado los policías comunitarios y mantienen la guardia en las fronteras de Tierra Colorada para evitar la entrada de los policías ciudadanos de la UPOEG.
Agregó que el comandante de la UPOEG, Ernesto Gallardo Grande ha utilizado a los policías ciudadanos para invadir el territorio comunitario, “ él (Ernesto Gallardo) convoca a los policías a reuniones y con base en mentiras les exige que invadan nuestro territorio, y hay peligro de que ocurra un enfrentamiento armado y que haya muertos, como en caso de Tlayolapa que dejó siete muertos”.
Por último, dijo que el gobierno del estado ha solapado las irregularidades que ha cometido la UPOEG para irrumpir en las comunidades de Petaquillas y El Ocotito donde tenía presencia el FUSDEG y no ha intervenido para atender el conflicto de los dos grupos.
Hace ocho días, policías ciudadanos de la UPOEG y pobladores de El Ocotito tomaron la base comunitaria del FUSDEG, luego de que este grupo se replegó a Tierra Colorada en la madrugada, en la disputa del territorio de las dos organizaciones que lleva desde hace más de tres semanas.
La disputa de los dos grupos ha provocado movilizaciones y enfrentamientos armados por la pelea de territorio, como el ocurrido el 24 de octubre en Tlayolapa, municipio de Juan R. Escudero, que dejó siete hombres muertos.

Sobreviven en condiciones precarias en Ayutla 15 familias serranas desplazadas de La Laguna

Desplazados de La Laguna, Coyuca de Catalán, exigieron al gobernador, Héctor Astudillo Flores, que cumpla la Ley Número 487 Para Prevenir y Atender el Desplazamiento Interno en el Estado de Guerrero, que se hizo a partir de que ellos fueron desterrados.
Los desplazados a las comunidades de Tepango y La Unión, en el municipio de Ayutla –donde sufren desnutrición, carecen de agua potable, atención médica, alimentos y tierras para sembrar–, no pueden salir a trabajar porque todos, hasta los más pequeños tienen órdenes de aprehensión en la Fiscalía General del Estado (FGE) por el presunto secuestro de Homero Montúfar y el asesinato de dos sicarios que trataron de emboscarlos el 22 de junio del 2013, y fueron repelidos por policías ciudadanos de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG).
Por estas acusaciones, en la cárcel de Ayutla se encuentra preso Gildardo Díaz Pérez, detenido en marzo de 2015. Su esposa, María del Carmen Santana exige la libertad del padre de sus siete hijos.
En el lugar donde se refugian, las familias solicitaron que el gobernador Astudillo Flores y su área responsable de desplazados en el estado atienda a unas 15 familias que salieron desde diciembre de 2012 de su comunidad, La Laguna, en la sierra de Coyuca de Catalán, luego de ser perseguidos por delincuentes que saquean los bosques del ejido Huajes de Ayala, rica en encinos, donde se ubicaba la comunidad de La Laguna. Recordaron que por ellos se creó la Ley 487, que no se está cumpliendo.
Las familias fueron visitadas ayer por el secretario técnico de la Red Guerrerense de Organismos Civiles de Derechos Humanos, Manuel Olivares Hernández, para dar seguimiento y conocer en que estado se encontraban.
Una de las refugiadas, la señora Catalina Pérez reclamó la falta de ayuda del gobierno, y denunció que están olvidados y arrumbados a su suerte en los terrenos que son cuidados por policías del estado.
Informó que hace un mes acudieron a sus colonias el jefe del departamento de Agua Limpia de la Conagua, Fernando Cuevas Rosas; el jefe del departamento de Asistencia Técnica de la Comisión de Agua Potable Alcantarillado y Saneamiento del Estado de Guerrero (Capaseg), Arquímides Fernández García, y el director de Gobernación del municipio de Ayutla, Raúl Pacheco Sevilla, a quienes solicitaron un pozo de agua, pero hasta ayer ninguna autoridad había regresado.
Por otro lado, el municipio de Ayutla se niega a apoyarlos “porque no son su responsabilidad”, según cuentan que les dijo el director de gobernación, a quien han recurrido en múltiples ocasiones en busca de ayuda.
Las mujeres señalaron que los funcionarios se comprometieron a gestionar el pozo de agua, que es una urgencia, incluso han elaborado un proyecto del pozo de agua con un costo de 1 millón 40 mil pesos, que incluía una red de riego de traspatio, pero que les fue rechazado.
Las mujeres mostraron que sus hijos, unos 36 niños, tienen granos rojos en el cuerpo por beber y bañarse en agua de los pequeños pozos que han hecho en el cauce de un río que pasa cerca del terreno donde viven, en La Unión.

Exigen al gobierno del estado becas alimenticias y de transporte, y proyectos productivos

También solicitaron becas de alimentación y pasajes para sus hijos, ya que deben caminar 40 minutos para llegar al kínder, a la primaria y a la secundaria.
Asimismo, exigieron al gobernador proyectos productivos para subsistir y alimentar a sus hijos, cinco de ellos nacieron en las tierras que ocupan, mismas que no se les han entregado de manera formal, porque no han sido adquiridas por el gobierno del estado, tratándose de ejidos.
Los desplazados aclararon que no están pidiendo nada regalado, sino apoyo para vivir con dignidad. Algunas de las familias rentan tierras hasta por 2 mil pesos para sembrar maíz, pero en la temporada pasada la cosecha se perdió ante la falta de lluvias.
Entre 2005 y 2012, asesinaron a 30 integrantes de las familias desplazadas. Su dirigente, Juventina Villa, y su hijo de 17 años, fueron asesinados el 28 de noviembre de 2012, cuando trataban de escapar con otras 45 familias de Puerto Las Ollas, donde buscaron refugio en abril de 2011, pero ante la falta de ayuda del gobierno regresaron a La Laguna.

Cumplen 16 días refugiados en Zitlala vecinos de Quetzalcoatlán sin alguna propuesta

La tercera parte de la población de Quetzalcoatlán cumplió 16 días refugiada en la cabecera municipal de Zitlala, ante el temor de regresar a su pueblo y ser víctimas de la delincuencia organizada y no saben que pasará con ellos porque no hay ninguna propuesta del gobierno, dijeron.
En un recorrido realizado ayer, se observó que los 74 vecinos de esa comunidad permanecen en el albergue habilitado en el auditorio municipal, bajo el resguardo de cuatro patrullas de la Policía Estatal.
Los damnificados dijeron que han recibido ropa del gobierno municipal y vecinos de Chilapa, además de alimentos del DIF municipal.
A las siete de la mañana, las mujeres y hombres se levantan para iniciar sus trabajos con palma; la ponen a secar y se disponen a tejer rollos de 20 metros para venderlos a tres pesos cada uno a los clientes que acuden al albergue.
Los pobladores indicaron que aún no tienen un planteamiento concreto del gobierno municipal, encabezado por el priista Roberto Zapoteco Castro, y no saben que pasará con ellos.
Insistieron en pedir resguardo policiaco en su región, ubicada a dos horas de la cabecera municipal de Zitlala, y ayuda alimentaria.
Ayer durante la visita del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong y el gobernador Héctor Astudillo Flores a Chilapa no se tocó el tema de los desplazados por la delincuencia organizada.
Tampoco se pudo contactar al alcalde Roberto Zapoteco, que este domingo les tomará protesta a comisarios y delegados de 28 localidades.

Hubo 12 mil 590 desplazados por la inseguridad en Guerrero de 2009 a 2014, informa el Inegi

En Guerrero, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), hay 117 mil 365 personas que se han desplazado a otros estados, de los que 12 mil 590, el 10.7 por ciento, lo hicieron a causa de la violencia y la inseguridad.
Con motivo del Día Internacional del Migrante, el Inegi publicó este miércoles datos de la Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica (Enadid) 2014, que señala que, de 2009 a 2014 se desplazaron 185 mil 936 personas a causa de la inseguridad o la violencia en México.
Además, indica que seis de cada 100 personas cambiaron de estado por el mismo motivo. Los estados con más desplazamientos por inseguridad o violencia son, en primer lugar Tamaulipas, con 41 mil 47 personas desplazadas; en segundo lugar Chihuahua con 26 mil 519; la Ciudad de México, con 22 mil 904 desplazados; el Estado de México, con 18 mil 856; y Guerrero, en quinto lugar, con 12 mil 590.
Los datos del Inegi revelaron que en el país, un total de 2 millones 894 mil 229 personas migraron a otros estados de 2009 a 2014, por distintos motivos; el mayor porcentaje, 1 millón 317 mil 883 personas (45.5 por ciento) se reunieron con otros familiares; en busca de trabajo cambiaron de estado 492 mil 369 personas (17 por ciento); por cambio de trabajo, 299 mil 482 personas (10 por ciento); por estudios, 216 mil 750 personas (7 por ciento); por inseguridad y violencia, 185 mil 936 desplazados (6.4 por ciento); 368 mil 179 (12.7 por ciento) se desplazaron por otra causa; y 13 mil 630 (0.5) dijeron que no saben.
En Guerrero, del total de 117 mil 365 desplazados, 44 mil 638 (38 por ciento) lo hicieron para reunirse con sus familias; 29 mil 405 (25.1 por ciento) en busca de trabajo; 14 mil 324 (12.2 por ciento) para estudiar; 10 mil 556 (9 por ciento) cambio de trabajo; 12 mil 590 (10.7 por ciento) por la inseguridad o violencia, 5 mil 670 (4.8 por ciento) por otra causa y 182 personas (0.2 por ciento) no sabe.

Los casos consignados en Guerrero

El desplazamiento en Guerrero mantiene a familias desterradas de sus comunidades. El 5 de junio del 2014, 250 personas de las comunidades de Santa María Sur y El Barroso se trasladaron hacia Ajuchitlán del Progreso, de donde se mudaron a Iguala, Cuernavaca, Guadalajara, Colima, el Estado de México y Acapulco, para alojarse con familiares o amigos; otras 96 viven en Chilpancingo.
Luego de que el 9 de agosto de 2013 un grupo de delincuentes encabezó una agresión armada en la comunidad San Juan Tehuehuetla, 80 familias de la parte serrana del municipio de San Miguel Totolapan se refugiaron en Tecpan de Galeana.
En agosto del 2013, 35 familias desplazadas por la violencia de la comunidad de Las Chascuitas, San Miguel Totolapan, llegaron a Acapulco y estuvieron refugiadas en las instalaciones de la Arquidiócesis, después no se supo adónde fueron asentadas.
Desde el 2 de diciembre de 2012, 14 familias desplazadas de La Laguna, Coyuca de Catalán viven en la comunidad de La Unión, Ayutla. Las familias fueron desplazadas de sus tierras por delincuentes que mataron a unos 30 de sus integrantes entre 2005 y 2012, según datos del Colectivo Contra la Tortura y la Impunidad.

Iba a señalar a criminales de Los Rojos el civil retenido en Carrizalillo, dicen sus familiares desplazados en Iguala

Desplazados por la violencia de Carrizalillo, municipio de Eduardo Neri (Zumpango), reclamaron ayer justicia y la liberación de su familiar Modesto Peña Celso, retenido este miércoles por pobladores junto a agentes de la Policía Federal y trasladados a las instalaciones de la delegación de la Procuraduría General de la República (PGR) en Chilpancingo, acusados de ser parte del grupo criminal Guerreros Unidos.
Según los familiares del civil señalado por autoridades de Carrizalillo de ser un halcón, iba en apoyo de los agentes federales a señalar a presuntos integrantes de la delincuencia organizada, entre ellos al presidente del Comisariado Ejidal, Ricardo López García.
En la tarde después de protestar en la sala San Luis en el centro de esta ciudad, en la que el gobernador Héctor Astudillo Flores, el subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría de Gobernación (Segob), Arturo Escobar y Vega, el delegado federal en Guerrero de la Segob, Erik Castro Ibarra y el alcalde Esteban Albarrán daban una conferencia de prensa, unos 100 desplazados de Carrizalillo se inconformaron para pedir una audiencia con el gobernador, y fueron atendidos por Castro Ibarra en el auditorio del Palacio Municipal.
En la mañana integrantes de la familia Peña Celso, en su mayoría mujeres, ofrecieron una entrevista exclusiva en su casa al norte de la ciudad, donde el 21 de octubre dos de sus integrantes, Antonio y Onofre Peña –padre e hijo- fueron ejecutados por hombres armados, hecho en el que otras dos personas fueron asesinadas y una más herida.

Los Rojos infiltraron la comunidad y cobran piso a trabajadores de la mina de Gold Corp y a los ejidatarios, denuncian

Informaron que desde marzo de este año, 300 integrantes de estas familia fueron desplazados por la ola de violencia, de inseguridad, amenazas y extorsiones de delincuentes a los que relacional con la banda de Los Rojos, a los que también responsabilizan del asesinato de 11 integrantes de esta familia y la desaparición de cuatro más desde el 15 de abril de 2013, quienes levantaron y desaparecieron a Sergio Peña, Mario Gómez Pereyra y Pedro Celso Solís.
Denunciaron que la banda delincuencial logró penetrar e “infiltrar” puestos estratégicos en Carrizalillo, como la comisaría ejidal, el comisariado, la Secretaría General del sindicato de Gold Corp, a empleados de la mina y a la policía comunitaria, quienes cobran “derecho de piso” en abril de cada año, cuando reciben las utilidades de la mina, por cantidades de 10 mil a los cerca de 800 mineros y 40 mil a los 159 ejidatarios.
Uno de los integrantes de la familia, Valeriano Celso Solís dijo que al no entregar ellos la cuota que les pedían, el 3 de marzo fueron levantados y asesinados Mauro Galicia Peña, Juan Carlos Peña Celso y José Elí Merino González, y fueron hallados semienterrados en una fosa clandestina en la comunidad de Mazapa.
En abril, dijo, también fue levantado y desaparecido su hermano, Pedro Celso Solís, caso del que culpa al comisariado Ricardo López y a Silvestre López Peña, El Cebo, a quien también señalan de los asesinatos de Antonio Peña Montiel y Onofre Peña Celso, ocurridos el 21 de octubre en esta ciudad.
Los integrantes de la familia pidieron al gobierno estatal y federal justicia y la liberación inmediata de Modesto Peña Celso, hijo de Antonio Peña y hermano de Onofre Peña, quien aseguran iba como “testigo protegido” para colaborar con la Policía Federal, con la intención de señalar a quienes presuntamente tienen vínculos con la banda de Los Rojos, “sólo buscaba justicia por la muerte de su padre y de su hermano”.
Dijo que la Policía Federal le confiscó armamento al comisariado Ricardo López, y que cuando iban a hacer un cateo en su casa sonaron las campanas del pueblo, la gente se reunió y retuvieron a los agentes federales y a Modesto Peña, quien vestía una camisola de la corporación para que no fuera identificado.
Agregó que por presión del grupo delincuencial y el comisariado, 35 integrantes de esta familia que trabajaban para la mina de Gold Corp fueron despedidos y liquidados, y ahora se les impide entrar al pueblo de donde son originarios o trabajar para la mina, lo que ha dejado a las familias sin empleo y sin casas.
Negaron operar para el grupo Guerreros Unidos como ha sido señalado por el comisariado y que Modesto Peña sea halcón de ese grupo criminal.
Al mostrar fotografías periodísticas publicadas en los diferentes medios informativos sobre la detención de Modesto Peña, señalaron a varias de las personas que pedían su linchamiento, a quienes ubican como gente que no es de Carrizalillo, sino de las comunidades de Tenantla, como Nahúm Villalba y otros de Amatitlán, que presuntamente operan para la banda de Los Rojos, “queremos gritar al gobierno federal y estatal que si no ven la maldad en esta pinche mina, tienen que ver quiénes son los verdaderos delincuentes”.
Mostraron mensajes de texto en los que han recibido amenazas de la gente que los orilló a abandonar su pueblo, “vamos a acabar con todos, vayan comprando las cajas” y “qué hay perros ya faltan pocos y ahora le tocó a tu familiar perros”, uno de esos mensajes fue enviado al teléfono de Onofre Peña, un día antes de que fue ejecutado.
Pidieron la liberación de Modesto Peña, una investigación a fondo al comisariado Ricardo López y a la mesa directiva de las autoridades ejidales, quienes reciben el dinero de la minera por el uso del suelo ejidal, así como cateos a las casas de esas personas.

Les ofrecen seguridad

Cerca de las 4 de la tarde unos 100 integrantes de la familia Peña Celso, entre mujeres, niños y hombres, fue atendida en el auditorio del Palacio Municipal por el delegado de Gobernación Erik Castro, el inspector jefe de la Gendarmería con base en Iguala, Salvador Santos Reyes y el representante de la oficina del gobernador Héctor Astudillo, Alejandro Bravo Abarca, entre otras autoridades locales de gobernación.
Los inconformes mostraron mantas y cartulinas en las que exigían a las autoridades justicia y la liberación de su familiar Modesto Peña, así como la investigación del comisariado ejidal Ricardo López y de Silvestre López Peña.
Después de escuchar sus planteamientos, el delegado ofreció seguridad a partir de la tarde de ayer a los cerca de 300 integrantes de la familia, que fueron desplazados y que se asentaron en cuatro colonias al norte de Iguala: Nuevo Horizonte, Luis Donaldo Colosio, Franja de Santiaguito y Hábitat.
Se comprometieron a abrir carpetas de investigación por los 11 asesinados y los cuatro desaparecidos, así como la investigación de los crímenes y recibir atención a través de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), para tener derecho al trabajo, a la vivienda y seguridad.
Alejandro Bravo ofreció el apoyo del gobierno del estado para brindarles la seguridad “que sea necesaria a quienes han sido desplazados”.
Dijo que retomarían la investigación para la presentación de quienes fueron desaparecidos, entre ellos Pedro Celso Solís.
Se anunció que el 4 de noviembre se reunirán nuevamente con éstas y más autoridades como la PGR, y agentes del Ministerio Público para darle seguimiento a sus peticiones.